El título de la entrada puede parecer una perogrullada, pero en el Reino Unido parecen no ser capaces de distinguir a un fotógrafo de un terrorista. Bajo la excusa de la protección contra ataques terroristas, las leyes británicas permiten un trato abusivo por parte de los agentes del orden.

Para protestar contra la situación, un grupo de fotógrafos ha lanzado la campaña I’m a photographer, not a terrorist que incluye movilizaciones contra las medidas.