Ayer se presentaba a la prensa la nueva Pentax sin espejo, la K-01. Es la segunda vez que Pentax se acerca a este concepto, después del sistema Q. Y la sensación que me queda es la misma que con ese sistema ¿en qué están pensando los señores de Pentax? Sin conocerlo casi nada me da la  impresión que están pensando en el mercado doméstico en Japón con una cámara que parece un juguete.

Nos publicitan por todas partes que se ha encargado el diseño a Mark Newson pero ¿qué sabe ese señor de cámaras y ergonomía desde el punto de vista fotográfico? No se si el diseño ganará algún premio en ferias específicas de eso, de diseño, una de las supuestas ventajas son los mando de colorines para distinguirlos. Pero como cámara fotográfica me parece un error casi tan grande como el sistema Q.

El sistema Q, tal y como decía Mauro Fuentes en su análisis más parece la versión Pro de Instagram que una cámara seria. Si la idea de los sistemas sin espejo es reducir el tamaño general pero mantener un cierto tamaño de sensor -la única garantía de calidad de imagen- ¿qué sentido tiene hacer una cámara con un sensor más pequeño que el de las compactas premium? ¿Cuál es la ventaja? En mi opinión ninguna. Y creo que sus cifras de ventas me dan la razón. 750 euros por un juguete. En fin.

El nuevo sistema mantiene la bayoneta K de Pentax y por tanto es compatible con todos los objetivos de Pentax directamente. Se han limitado a quitar el espejo de la caja. Sin embargo, y a la vista de las fotografías que comparan su tamaño con las DSLR de la misma marca al final esto penaliza el resultado final y la ventaja de tamaño y peso de las cámaras sin espejo desaparece. ¿Qué sentido tiene quitar el espejo si no se gana en tamaño? ¿Cuál es la ventaja? De nuevo ninguna. La cámara ni siquiera integra un visor, ya sea óptico o electrónico.

Pero además existe otro problema: la distancia de la montura al sensor se mantiene en unos 45 milímetros lo que hace imposible adaptar muchos objetivos, algo muy apreciado por los usuarios de Sony y ahora de Fujifilm con la X-Pro1, que gracias a esto admiten casi cualquier objetivo de cualquier marca. Por otro lado las especificaciones de la cámara, con el sensor de la K5 y estabilización en el cuerpo están bien, pueden verse aquí. Habrá que ver la velocidad de enfoque, caballo de batalla de este segmento que parece se va acercando a las DSLR.

Pero de verdad ¿En qué estaban pensando? ¿De verdad es tan difícil? Lo más parecido a lo que escribíamos en ese artículo es la NEX7. De todos modos siempre hay que recordar dos cosas: que las cámaras son sólo instrumentos y que con cualquiera se pueden hacer grandes cosas, y que esta es sólo una opinión personal. Una opinión que contrasta con lo que leo en otros medios. Debo estar haciéndome viejo.

Por Félix Sánchez-Tembleque (wiggin)