Una pregunta común en nuestro foro de Consultas Técnicas, y que a mi personalmente me hacen cada cierto tiempo es: “¿Qué cámara me compro?”. Una pregunta tan vaga que es imposible de responder salvo que se añadan datos acerca del tipo de uso que se pretende, el precio que se está dispuesto a pagar y otras no menos importantes como el peso y tamaño esperado.

Si lo que se busca es una cámara compacta directamente no respondo. Un vistazo rápido a la web de Adorama por ejemplo nos muestra que tienen más de 600 modelos. Sin embargo, en ocasiones la pregunta está más centrada y la persona ya tiene un poco más claro que lo que quiere es aprender algo de fotografía y que quiere hacerlo con una cámara réflex, lo que probablemente es la mejor opción en general.

Una vez concretada un poco la pregunta la respuesta es un poco más sencilla, aunque sólo un poco, y después de leer muchas respuestas diferentes tengo mi propia opinión que desmonta algunas ideas comunes y preconcebidas.

Desmontando mitos

Además de la pregunta clásica y cada vez más irritante “¿Nikon o Canon?”, es muy común escuchar varias cosas como respuesta a la búsqueda de consejo

– Es importante elegir bien la marca porque una vez que te casas con una, es para toda la vida.
– Lo que importa es la óptica.
– Si la vas a usar en modo automático mejor no te la compres.

Aunque puedo estar de acuerdo en esos consejos en otros casos, no lo estoy para elegir una réflex de iniciación.

Quien busca una cámara para aprender fotografía general no debería gastarse mucho dinero en su primer equipo, para empezar porque en no pocos casos acabará en un cajón. Ese debería ser el primer y principal consejo: no gastarse mucho dinero. El segundo es que se invierta tiempo en aprender y exprimir esa primera máquina a tope antes de cambiarla, no menos de uno o dos años por decir algo. Para aprender es mucho más importante invertir tiempo que dinero.

Si se hace esto, probablemente al final de ese período se estará en disposición de responder a la pregunta ¿qué cámara necesito? por uno mismo y si la decisión es cambiar de marca seguro que se puede revender el equipo y no perder mucho dinero. De un kit de cámara + objetivo de 300-400 euros podría recuperarse la mitad, y eso siempre será mejor que haber invertido inicialmente en un equipo más costoso.

Ahora mismo sólo existen cuatro fabricantes en el mercado con productos en esta gama de iniciación: Nikon, Canon, Sony y Pentax. Las diferencias entre los modelos de iniciación son mínimas, más allá de gustos personales por la estética o la ergonomía, mucho más a ojos de alguien que empieza. También lo son las diferencias de precios, que ahora son mucho más bajos que hace diez años cuando aparecieron los primeros modelos. Pero además en esos diez años ha cambiado otra cosa y es que la evolución de las diferentes generaciones ya no es muy grande. Una buena manera de ahorrar dinero es buscar tiendas que tengan en stock modelos de la penúltima hornada, porque los cambios serán sutiles –o inapreciables- y se pueden conseguir descuentos importantes. También lo es buscar equipos de segunda mano.

Igual que un usuario que busca iniciarse no encontrará diferencias importantes entre fabricantes y modelos recientes de cuerpos, lo mismo se puede decir de las ópticas que suelen venderse en kit con los modelos de iniciación: no existen apenas diferencias entre los fabricantes.

Desde mi punto de vista el o los objetivos del kit son más que suficientes para un usuario que empieza y quiere aprender. Las cámaras de gama de iniciación de todos los fabricantes vienen con sensores de tamaño APS-C y los objetivos que las acompañan en kit suelen ser un 18-55 y un 55-200 o similar. Esos dos objetivos en cualquier fabricante son muy baratos y para empezar cubren la mayor parte de situaciones fotográficas. En casi todos los casos serán estabilizados y tendrán un diámetro para filtros no muy costosos.

De modo que para mi el mejor consejo para comprar una réflex de iniciación es buscar simplemente el precio más barato. Eso y quizás probarla en la mano para ver si nos sentimos cómodos con ella.

Pasada la etapa inicial de aprendizaje y si uno se ha especializado en algún tipo de fotografía en concreto seguramente necesite algún objetivo diferente, pero seguro que ya tendrá conocimientos para elegirlo y quizás ya habrá probado alguno prestado. También puede necesitar un cuerpo con alguna característica concreta, pero los de iniciación son más que suficientes para eso: aprender.

Salvo situaciones muy concretas que no se verán fácilmente cuando uno se inicia, una cámara réflex hará mejores fotos que una cámara compacta sencilla. Los sistemas de medición de luz y autofoco de las réflex de iniciación son mejores y sobre todo más rápidos, y los sensores de más tamaño hacen que la calidad de imagen mejore sustancialmente. Incluso si se deja de lado el aprendizaje y se utiliza finalmente la cámara en modo automático, las fotos serán en general mejores.

Consejos para accesorios

Los únicos accesorios imprescindibles para uso general serán tarjetas y baterías. Las primeras son ya muy económicas en tamaños grandes. Con las baterías, y al contrario de lo que podría parecer en comparación con cámaras de bolsillo, sucede que las cámaras réflex pueden tomar más imágenes –por encima de mil en algunos casos- con una carga. Además es fácil conseguir baterías compatibles a precios muy por debajo de las originales.

Las cámaras digitales actuales, con sensores capaces de trabajar en muchas más condiciones de luz que las que permitían las películas, han hecho que la necesidad de algunos accesorios como el trípode ya no sea tan importante como antes. Sigue siendo imprescindible en algunas ocasiones, pero en otras ya no es necesario como solía ser. El mejor consejo que he escuchado para comprar este accesorio y en general cualquier otro es no hacerlo hasta haberlo echado de menos al menos un par de veces.

El accesorio realmente más importante en la fase de aprendizaje es un buen libro. Para entender los conceptos básicos de exposición fotográfica a mi el que más me gusta de todos los que conozco es el de Bryan Peterson. Con ese y nuestro ‘Caborian LAB’ se puede aprender toda la base necesaria para luego estudiar técnicas o situaciones menos generales. Y naturalmente, el manual de la cámara, ese gran desconocido.

Pero por supuesto esta es sólo mi opinión, existen otros caminos para llegar a la excelencia: La respuesta definitiva a ¿Qué cámara me compro?

Por Félix Sánchez-Tembleque (wiggin)