Casi todos, en algún momento, hemos decidido investigar qué se esconde dentro de los dispositivos electrónicos. Cuando uno de ellos se estropea se nos presenta la oportunidad perfecta para ello, sin miedo a quedarnos con un cacharro inútil o a que se cumpla una de las famosas leyes de Murphy: «Cuando desmontas un dispositivo electrónico y vuelves a montarlo, la probabilidad de terminar con dos dispositivos separados y que no sirven para nada tiende a 1»

Esto es lo que hicieron en Imaging Resource cuando descubrieron un arañazo en el sensor de una Nikon D7000 y decidieron que el coste de repararlo no merecía la pena.

No deja de ser una forma de descubrir cómo se fabrican y ensamblan las cosas, y muchas veces nos permite comprender mejor el funcionamiento o, como dice el autor del artículo (que ya había desmontado una Nex), entender el coste de reparar el sensor, ya que sólo para acceder a él hay que desmontar toda la cámara.

Seguro que a más de uno le recuerda a las ya famosas guías de iFixIt para desmontar todo tipo de dispositivos (que personalmente me ayudaron en su día a desmontar parte de mi MacBook Pro por una avería)

Gracias a Rafa Barberá (@rbarbera), que lo publicó a través de Twitter.