En Dpreview podemos leer un interesante artículo escrito por el propietario de un negocio de alquiler de equipo fotográfico. El autor, acostumbrado a oír quejas de que tal objetivo era una copia «mala» o «buena», nos muestra los resultados de los análisis de «nitidez» (resolución y acutancia) realizados, utilizando un software de medición, sobre múltiples objetivos y cámaras.

 

Algunas de las conclusiones, que os resumimos a continuación, tiran por tierra la idea de teníamos de los objetivos «buenos y malos» hasta ahora:

* En el artículo se demuestra que debido a las limitaciones, técnicas o económicas, de la fabricación las diversas unidades de un mismo tipo de objetivo están lejos de ser idénticas, sino que el control de calidad acepta aquellos que estén en una horquilla determinada. Por ello casi todos los objetivos tendrán un leve defecto, descentramiento, etc y que a pesar de ello siga siendo perfectamente válidos.

* Por esa misma razón puede ocurrir que aunque un modelo de objetivo sea en general más nítido que otro, si comparas una unidad «buena» del segundo esta puede ser superior a una unidad «mala» del modelo superior. Por lo tanto las comparativas y cuando alguien opina sobre un objetivo en realidad está hablando de SU objetivo y eso no significa que el resto de unidades se comporten de la misma manera.

* Si analizamos el comportamiento de varias unidades de un objetivo en un mismo cuerpo de cámara obtenemos diferencias en los resultados, motivadas por las variaciones de fabricación de los objetivos.

* Si analizamos el comportamiento de un único objetivo en varios cuerpos de un mismo modelo de cámara también obtenemos diferencia en los resultados, motivadas por la variaciones de fabricación de las cámaras.

* Por tanto los resultados finales que obtendremos será la combinación de los defectos de nuestro objetivo con los defectos de nuestra cámara.

De esta manera si tenemos un objetivo con un leve descentramiento a la derecha y una cámara con un descentramiento del mismo nivel pero a la izquierda el efecto es que ambos defectos se compensan (dos errores que hacen un acierto) y ese objetivo se convierte en el «santo grial» del ese fotógrafo. Pero si ese objetivo se utiliza en otro cuerpo cuya desviación sea en el mismo sentido que la del objetivo el resultado es que ambos defectos «aceptables» se suman y sus resultados negativos se duplican, pudiendo llegar a niveles inaceptables.

Esta teoría nos aleja del frío razonamiento habitual de que por estar pagando 1.000 euros nos estamos asegurando el objetivo perfecto y conduce a un escenario en el que cada objetivo y cada cámara se convierte en un ente con personalidad propia y en el que encontrar la combinación fotográfica perfecta es tan fácil (o difícil) como en una relación sentimental… o sexual, por usar un símil más apropiado.

¡Para que luego digan que los frikis no somos románticos!

Publicado por Chano Reus – Goldenblatt