Uno de los principales problemas que presentan las cámaras con sensor APS-C es que los objetivos angulares de toda la vida, montados en ellas, dejan de serlo. Así, un 17-40 pasaría a convertirse, más o menos, en un 28-64, con lo que el caracter de "gran angular" se pierde. Conscientes de este hecho los fabricantes de lentes han presentado al mercado a lo largo de los últimos años angulares extremos pensados específicamente para este tipo de máquinas, de forma que una vez montados en ellas, el factor de multiplicación les permita operar como si de angulares normales se tratara. Uno de estos objetivos, ya analizado en la web, es el Tamron SP AF 11-18mm F/4.5-5.6 Di II LD Aspherical (IF). Sin embargo, en esta ocasión vamos a trabajar con uno de sus competidores más directos en la gama EOS, el Canon EF-S 10-22mm f/3.5-4.5 USM, que se presentó al mercado el 20 de Agosto de 2004 y cuyo a precio, a fecha de hoy, ronda los 750 euros. Como siempre, la lente de prueba ha sido cedida por Fotocentro.

El objetivo en esta ocasión está enteramente fabricado en material plástico (excepto la bayoneta, que es metálica y de calidad), lo que no le da una apariencia excesivamente robusta. Sin embargo, su construcción es buena. Es ligero (tan sólo 385g), y esto acentúa la sensación de lente "de juguete", aunque se agradece a la hora de montarlo en la cámara. No resulta tampoco excesivamente grande (83.5×89.8mm) aunque su diámetro de filtro es considerable, nada menos que 77mm (igual que el del Canon EF 17-40 f/4.0 L USM, por ejemplo). Está construído en base a 13 elementos en 10 grupos y tiene 6 hojas de diafragma. Su distancia mínima de enfoque es considerablemente pequeña, tan sólo 24 cm, lo que amplía enormemente las posiblidades creativas de la lente. Del enfoque automático se encarga un motor tipo Ring USM, y esto posibilita que la operación se realice de forma silenciosa, rápida y eficaz. Además, al ser Full-time Manual Focus puede ajustarse el enfoque manualmente en cualquier momento sin miedo a dañarlo. Recordemos también que el carácter EF-Sdel 10-22mm hace que sólo pueda utilizarse en cámaras Canon con factor de multiplicación 1,6.

A fin de realizar nuestro análisis montamos la lente en una 350D y, como siempre, tiramos en RAW. Las imágenes se procesaron con el ACR y no se aplicó sobre ellas ningún tipo de corrección o modificación, deshabilitándose todos los parámetros relativos al brillo, contraste, saturación, etc… tampoco se modificó el balance de blancos. En los recortes al 100% no se ha aplicado ningún tipo de máscara de enfoque o proceso similar.