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A estas alturas quién no conoce la GoPro, cámara de acción por excelencia, la red está llena de vídeos grabados con ella y toda esa inmensidad de GB de video mantienen una característica en común: la falta de estabilidad de la imagen. Dos de las virtudes de la GoPro, su tamaño y peso, son también las generadoras de su mayor problema. Y es que en general los vídeos hechos con la cámara marean a los pocos segundos.

Para evitarlo, desde siempre han existido sistema estabilizadores, tipo steadycam que a base de un esquema de contrapesos permiten dotar a la imagen de estabilidad. Con la llegada de las cámaras de acción y los drones, la necesidad de estabilizar su imagen aumentó pero con requisitos de ligereza y tamaño reducido. Así es como llegan los gimbal, dispositivos electrónicos que mediante giroscopios que detectan el movimiento en los tres ejes y motores eléctricos logran compensar el movimiento de la cámara, logrando una imagen estable.

Uno de ellos es el Feiyu Tech G4, un dispositivo hecho y diseñado en China pero con una atención al detalle no habitual en los productos de ese país ya que viene bien equipado de serie, contando con accesorios como un cable que permite conectar nuestra GoPro a las baterías del G4, cargando de este modo la cámara, las citadas barras de carbono para extender el mango, un mando a distancia y un extensor para duplicar el número de baterías y con ello la autonomía.

Usando el Feiyu Tech G4 gimbal

Una vez en orden de funcionamiento, el G4 se muestra cómodo de mantener en la mano gracias a su empuñadura que puede extenderse con unos unos segmentos de fibra de carbono opcionales. El funcionamiento es sencillo, un único botón que permite controlar el funcionamiento optando por fijar la cámara en una posición o permitir que cuando lo inclinamos hacia adelante, la cámara también realice el movimiento. Otro modo permite invertir la cámara para grabaciones a ras de suelo y un cuarto pone en modo reposo el gimbal.

No hay más, tan sólo debemos tener en cuenta que nuestros movimientos serán suavizados por el gimbal, por lo que en cambios bruscos de posición veremos cómo la cámara tiene un lag debido al efecto del estabilizador.

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Hemos probado el gimbal en diferentes situaciones, llevándolo de diferentes formas para ver cual es la que produce mejores resultados. Lo hemos probado tanto en salidas a la montaña como grabando coches en un rallye y quizá, de todas las posibilidades, la mejor sea el usarlo agarrado con la mano por su empuñadura. Es la posición natural del dispositivo y la que nos permite más flexibilidad tanto a la hora de grabar como de manejar la cámara. En el siguiente vídeo recopilamos algunos ejemplos de este uso:

Hay veces que el llevar el gimbal en la mano no es posible, sobre todo en situaciones de montaña en el que el terreno se complica y debemos usar las manos para progresar. En esas circunstancias hemos probado a llevarlo dentro de la mochila, usando las barras de extensión del mango para que sobresalga sobre nuestra cabeza. Es una solución factible y que da un punto de vista mejor que la típica GoPro montada sobre un casco aunque tiene el problema de que es más difícil controlar la cámara y debemos estar al tanto de que el gimbal no se mueva de la posición elegida o acabaremos con un bonito primer plano de la nuca.

Por último también probamos a grabar dentro de un coche en movimiento, en este caso el dispositivo lo llevaba el acompañante en la mano, encargándose el G4 de estabilizar la imagen en movimiento. Una solución flexible que permite grabar desde dentro del coche y cambiar el ángulo de la toma sin problemas.

Conclusiones.

El gimbal nos ha convencido, mejora la calidad de la imagen sobre todo en entornos donde la cámara se puede mover mucho en cualquier dirección ya que podríamos incluso ir corriendo detrás de alguien y ver como la imagen aunque refleja el movimiento, es estable y fácil de ver.

Sus ventajas son unas batería que duran bastante, se agota antes la batería de la GoPro que las del gimbal, fácilmente se podría llegar a tres horas de uso continuo con un par de pilas. Es sencillo de usar y ofrece una imagen de calidad que haga destacar nuestros vídeos.

Entre los inconvenientes, tenemos que no tiene ninguna protección contra las inclemencias del tiempo y la GoPro debe montarse tal cual sin ninguna carcasa. Por ello debe usarse con buen tiempo y aunque el G4 no pueda tener protección por su naturaleza, estaría bien poder montar la cámara con una carcasa protectora ya que así evitaríamos posibles golpes. Por otro lado el sistema se basa en la GoPro y su peso por lo que añadir cualquier accesorio a la cámara como un micrófono externo cambia el centro de gravedad y el dispositivo no funciona bien. Esto último se puede solucionar con un software (solo para Windows) que permite calibrar de nuevo el gimbal con ese peso añadido, pero sólo se puede hacer con un ordenador y necesitaría de un recalibrado cada vez que se monte y desmonte el accesorio, por lo que no resulta demasiado útil.

En España puede encontrarse en La Casa del GPS por 314,60 euros.