Actualmente el mundo de las réflex digitales está dominado por Canon, manteniendo Nikon el segundo puesto. Sin embargo, existen otras alternativas que deberían ser consideradas por el usuario final a la hora de adquirir un nuevo equipo. Una de ellas es la Olympus E-300 (EVOLT en Norteamérica), una cámara de 8 megapíxeles efectivos y con un precio más que interesante, ya que se ofrece en un kit junto con dos objetivos (ZUIKO Digital EZ 14 – 45 mm f3.5 – f5.6 y ZUIKO Digital EZ 40 – 150 mm f3.5 – f4.5, que equivalen a un 28 -90 y un 80 – 300 respectivamente) por unos 900 euros. Gracias a Fotocentro, pudimos disponer de una de ellas al completo para probarla.

La cámara posee, además de las mencionadas,
otra serie de características atractivas y que deben ser tenidas
en cuenta: ha sido desarrollada desde cero pensando en el mundo digital,
y por tanto, no es una adaptación de los cuerpos analógicos
tradicionales a la nueva tecnología. Esto ha permitido incorporar
toda una serie de aspectos novedosos en la máquina, como por ejemplo,
el sistema de autolimpieza del CDD. Los objetivos Zuiko disponibles para
la Olympus también han sido diseñados específicamente
para la E-300, ofreciendo (siempre según el fabricante) el entorno
de trabajo ideal, debido a su construcción a medida para el sensor
CDD formato 4/3 que incorpora la máquina.

Éste es el aspecto general del kit:

Lo primero que llama la atención cuando se sostiene
la cámara en la mano es su buen nivel de calidad y acabados generales.
La Olympus no se antoja grande ni pequeña, si no del tamaño
justo. La estructura del cuerpo (con su parte superior en aluminio) es
apropiada y muy cómoda para el trabajo. Las zonas plásticas
tienen un tacto muy agradable y permiten sujetar la cámara con
seguridad y firmeza.

En la parte posterior de la misma se encuentra alojada
una pantalla TFT LCD de 1,8 pulgadas que tiene una cobertura del frame
del 100%. Dicha pantalla ofrece de forma constante información
sobre el estado y la configuración de la cámara (aunque
podemos optar por trabajar con ella apagada) y presenta muy buena calidad.
Ha sido construida con una tecnología denominada HyperCrystal
LCD
por el fabricante y Olympus afirma que tiene un ángulo
de visión real de 160º junto con un contraste hasta tres veces
superior al de una pantalla equivalente normal. Lo cierto es que se puede
consultar sin problemas a pleno sol y además se ve desde ángulos
que otras cámaras no soportan, aunque no los hemos medido.

En la fotografía de más abajo se observa
el aspecto trasero de la máquina y la información que ofrece
de forma constante su LCD. En él podemos consultar de un sólo
golpe de vista la apertura de diafragma, el modo de enfoque, el espacio
de color, el ISO del momento actual, el balance de blancos, la calidad
de imagen, el ajuste de la exposición, el número de fotografías
que podemos realizar… La Olympus carece del panel de control ordinario
que poseen otras máquinas a parte de la pantalla LCD, y por ese
motivo ésta permanece siempre encendida. Una curiosa forma de sustituir
un clásico elemento de las cámaras réflex con el
único inconveniente de un mayor gasto de batería. Por otra
parte, en condiciones de baja luminosidad es conveniente apagar la pantalla,
porque su luz molesta bastante a la hora de enfocar y componer la escena
por el visor.

También son visibles en la imagen los botones
de acceso directo a diversas funciones de la máquina, como la selección
del área de enfoque, el cambio de ISO, el modo de enfoque, el balance

de blancos, la visualización de fotografías o su eliminación,
etc…

En general el control que se posee es muy completo, pero
el manejo por los distintos menús resulta un tanto incómodo
y poco intuitivo. Con todo, es cuestión de familiarizarse, pero
se podría haber mejorado considerablemente este aspecto de la cámara.
No obstante, una vez que se trabaja con ella, uno termina por acostumbrarse.

El visor de la E-300 también se sale fuera de
lo común ya que está equipada con un sistema que el fabricante
ha denominado Optical Porro Finder, algo que
traducido literalmente al castellano podría indicar que es capaz
de localizar cierto tipo de drogas automáticamente. Sin embargo,
se refiere a que utiliza un sistema de 4 espejos (en vez de, por ejemplo,
un pentaprisma) a través de los cuales va rebotando la luz desde
la lente hasta el visor. Esto en teoría ha permitido reducir bastante
las dimensiones de la cámara, pero el visor resulta un poco oscuro,
y al igual que se comenta en otras páginas, el efecto «túnel»
al mirar a través de él resulta apreciable. La apariencia
externa de la E-300 también se sale de lo convencional debido a
esta característica, sin embargo, no es un problema a la hora de
trabajar.

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El Optical
Porro Finder
tiene también repercusiones en el aspecto que
ofrece la máquina si desmontamos el objetivo del cuerpo, ya que
resulta bastante inusual por su particular sistema de retirada de espejo:

Se ve mejor en la siguiente imagen ampliada, aunque se
ha tenido que sobreexponer considerablemente para que puedan apreciarse
las piezas de dentro y el foco no está exactamente en la zona correcta:

En la parte superior de la Olympus, y a mano derecha,
se localizan el resto de controles de la cámara. Podemos apreciar
el botón disparador, la rueda de conmutación entre los distintos
modos que posee (Mode dial), el interruptor de encendido y la rueda o
dial selector (Control dial), con el que se controlan diversos aspectos
cuando se pulsa en conjunción con otros botones de la máquina.
También existe un led azul bajo el cual está escrito SSWF
(Super Sonic Wave Filter) y es el indicador de funcionamiento del
sistema de autolimpieza del CDD, que se ilumina al encender y apagar la
máquina mientras se lleva acabo la operación de mantenimiento.
El acceso a todos estos controles superiores es muy cómodo.

La E-300 utiliza como sistema de almacenamiento tarjetas
de memoria Compact Flash. En la unidad de prueba, trabajamos con una Sandisk
Ultra II de 1Gb y la cámara se mostró en todo momento muy
rápida, tanto a la hora de grabar las imágenes como al visualizarlas.
En este sentido, no tiene nada que envidiar a sus directas competidoras
la Canon EOS350D y la Nikon D50 (ya que en teoría, la D70s compite
con la 20D debido a su precio). El acabado del compartimento donde se
alojan las tarjetas de memoria es francamente bueno y resulta muy accesible.

El flash incorporado a esta Olympus se muestra en todo
momento muy efectivo, y es capaz de trabajar con el 14 – 45 sin problemas.
La E-300 es muy completa en este aspecto, y ofrece sincronización
simple a la primera cortinilla; sincronización lenta a la primera
cortinilla (útil para retratos en escenas nocturnas, por ejemplo);
sincronización lenta a la segunda cortinilla (para efectos creativos);
sincronización lenta a la primera cortinilla con reducción
de ojos rojos; flash de relleno; flash de relleno con reducción
de ojos rojos y flash de relleno con reducción de ojos rojos y
con sincronización lenta a la segunda cortinilla. La parte superior
del flash es de aluminio y posee un elegante mecanismo de salida y vuelta
a su posición de reposo, que no da esa sensación de «salto»
que surge con los flashes que se incorporan habitualmente a las demás
réflex.

La cámara va alimentada por una batería
de ión-litio de 7,2 V y 1500 mAh, que es muy similar en tamaño
y prestaciones a la que montan la 10D ó 20D de Canon. Sin embargo,
si mantenemos la pantalla LCD constantemente encendida (es lo normal),
la duración de la misma se acorta un tanto.  El compartimento
para baterías de la E-300 es de gran calidad y posee un mecanismo
de cierre muy seguro y cómodo.

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Olympus también ha cuidado otros aspectos en
esta cámara, más allá de los materiales y construcción
externa. Así, de cara a facilitar la vida al usuario amateur o
totalmente profano, cuenta con los siguientes modos predefinidos (algunos
de ellos realmente particulares):

Landscape (paisaje): en el cual se aumenta
el contraste y saturación de los tonos azules y verdes.

Landscape+portrait (paisaje+retrato):
en este modo se cierra el diafragma para mantener a foco tanto al
sujeto del retrato como su entorno.

Night scene (escena nocturna): es un modo
pensado fundamentalmente para exteriores. Según el fabricante,
es capaz de compensar el exceso de luz originado por farolas y otros
focos similares en tomas nocturnas urbanas, por ejemplo, permitiendo
captar la totalidad de detalles en la escena. Se requiere el uso
del trípode.

Night scene+portrait (escena nocturna+retrato):
se cierra el diafragma y se tira con el flash en modo reducción
de ojos rojos, para congelar al sujeto principal. Luego, se continúa
la exposición de la foto para captar los detalles del fondo.

Fireworks (fuegos artificiales): curioso
modo para fotografiar exclusivamente este tipo de situaciones. El
enfoque se conmuta a manual, no se utiliza el flash y se dispara
a velocidades lentas.

Sunset (atardecer): se aumenta la saturación
y el contraste de los rojos y amarillos, al tiempo que se dispara
sin flash a velocidades lentas.

Portrait (retrato): abre el diafragma para
enfocar sólo el objeto retratado.

High key (clave alta): para motivos de
colores claros o que expresamente queramos fotografiar en clave
alta, aumenta el brillo de los motivos principales y el contraste
general de toda la escena.

Macro (acercamiento): para fotografiar
objetos cercanos (no macros reales con los objetivos del kit).

Documents (documentos): incrementa el contraste
entre las letras negras y el blanco del papel. No se puede utilizar
el flash.

Museum (museo): se toma la fotografía
omitiendo el beep de enfoque y sin flash.

Sport (deporte): la cámara dispara
a velocidades altas, para congelar el movimiento.

Beach and snow (playa y nieve): se compensa
la exposición para que sea la correcta en estas situaciones
donde la medición es complicada.

Candle (vela): es un modo especial para
tomar fotografías a la luz de las velas, sin flash. Reproduce
unos agradables tonos cálidos.

Nada menos que 14 modos predefinidos (y hasta 16 si actualizamos
el firmware, como veremos posteriormente) todo un récord que permitirá
a cualquier usuario, por poca experiencia que posea, tomar fotografías
en prácticamente cualquier situación con alguna garantía
de éxito.

Por otra parte, la cámara tiene hasta 2 modos
de enfoque automático, a parte del consabido enfoque manual. Éstos
son:

S-AF (single AF): es el modo que se utiliza
para fotografiar objetos inmóviles. La cámara enfoca
cuando presionamos el disparador hasta la mitad, se congela el enfoque
en esa posición cuando se obtiene y luego, si se sigue presionando,
se toma la fotografía. Para volver a enfocar hay que repetir
la operación. Este modo se puede combinar junto con el enfoque
manual. Así, la cámara hace el preenfoque cuando presionamos
el disparador y luego nosotros corregimos manualmente para hacer
un ajuste fino. Se ha contemplado la existencia de esta forma combinada
porque, como veremos, sólo existen 3 puntos de enfoque y
muy próximos al centro de la imagen.

C-AF (continuous AF): para objetos en movimiento.
La E-300 enfoca de forma constante a un objeto dado, aunque esté
en movimiento, según nosotros lo seguimos a través
del visor o bien si decidimos cambiar la composición de la
toma.

Esta Olympus cuenta también con tres modos de
medición, con el objeto de garantizar buenos resultados en casi
cualquier tipo de fotografía. Son los siguientes:

Digital ESP (Electro Selective Pattern)
metering (medición digital ESP):
la cámara
mide los niveles de luz en el centro de la escena, pero también
en otras áreas separadamente, y luego ajusta la exposición
comparándola con los valores almacenados en una base de datos.
Es un modo que el fabricante recomienda para situaciones en las
que existe mucho contraste entre el centro de la imagen y las zonas
que lo circundan o para disparar a contraluz.

Center weighted averaging metering (medición
ponderada al centro):
se considera para la medición
tanto el valor medido en el centro de la toma como en la región
que la circunda, pero se da más importancia al valor obtenido
en el centro al realizar la exposición. Es un modo que se
utiliza cuando queremos fotografiar un objeto en concreto sin que
la luminosidad del fondo afecte mucho a la exposición del
mismo.

Spot metering (medición putual): La
cámara mide la luz en el área de enfoque seleccionada
y expone para esa pequeña región (un 2% de la fotografía).
Es un modo que se utiliza cuando queremos asegurarnos la exposición
de un punto concreto de la imagen, con independencia de lo que pase
a su alrededor.

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Una vez que se comienza a trabajar de forma real con
la Olympus se hace muy patente una limitación importante que posee:
la presencia de sólo 3 puntos de enfoque. Este es el aspecto de
su visor cuando se observa a través de él:

Como se ve, las tres áreas de enfoque están
muy centradas y esto a efectos prácticos es un problema más
o menos serio a la hora de componer nuestras imágenes. La solución
que ofrece Olympus es mover la cámara hasta enfocar con uno de
estos puntos nuestro objeto de interés y luego recomponer la escena
con el enfoque bloqueado. De ahí que exista la opción de
enfoque combinado Manual-Automático. Sin embargo, como el visor,
debido al particular sistema de espejos de la máquina, no es de
lo más claro del mercado, resulta que en condiciones de luz comprometida
enfocar puede ser realmente complejo. Con todo, es cuestión de
hacerse a ello, pero con la E-300 hay que entrenar especialmente el ojo.

Durante la realización de las pruebas de imagen
se optó por disparar en RAW. Posteriormente las tomas se procesaron
con el ACR. El balance de blancos se dejó en automático
y no se modificó ningún parámetro referente al brillo,
la saturación o la sombras de las fotografías. En los recortes
al 100% no se modificó ningún aspecto de la imagen, como
el enfoque.

Para darnos una idea del rango dinámico de la
cámara se tomó la siguiente imagen (ISO 100), donde se midió
para los tonos medios del centro de la escena, dejando el portal en sombras
y la pared muy quemada:

Para recuperar las sombras se debe realizar una sobreexposición
de +1,30 puntos, y como se puede observar en el recorte al 100%, la cámara
responde francamente bien. Existe algo de ruido, pero éste no resulta
excesivo teniendo en cuenta el ajuste que hemos realizado:

Una situación más compleja es la de la
pared, donde hay que subexponer hasta -3,40 puntos para lograr rescatar
las luces altas. Es un valor francamente muy elevado y sin embargo la
cámara se porta de forma más que correcta, ya que no hay
casi pérdida de información y la escena es  salvable.
Esto garantiza la práctica recuperación de la mayor parte
de fotos sobreexpuestas que realicemos:

La E-300 tiene cierta fama de poseer unos valores de
ruido algo elevados en relación a otras réflex digitales.
Para evaluarlo, decidimos disparar al siguiente portal, que ya fue utilizado
en otras pruebas. Es una localización útil porque posee
zonas de luces altas y bajas, pasando por tonos medios. La exposición
se ajustó de tal manera que no se quemara la imagen pero aproximando
el histograma a su límite derecho:

A ISO 100, los niveles de ruido de la
cámara son francamente bajos, y ésta no tiene nada que envidiar
a simple vista a otras máquinas con mejor fama:


ISO 100 luces altas


ISO 100 luces medias


ISO 100 luces bajas

A ISO 200 la
cámara muestra un poco más de ruido, sin embargo,
los valores siguen siendo válidos y la escena perfectamente
aceptable para cualquier trabajo:


ISO 200 luces altas


ISO 200 luces medias


ISO 200 luces bajas

A ISO 400 el
ruido ya es más patente, sin embargo, no resulta excesivo
y la toma es correcta:


ISO 400 luces altas


ISO 400 luces medias


ISO 400 luces bajas

A ISO 800 los
artefactos son aparentes pero no resultan exagerados. La escena
aparece bien resuelta:


ISO 800 luces altas


ISO 800 luces medias


ISO 800 luces bajas

Los mayores valores de ruido
se obtienen a ISO 1600 y tampoco resultan muy
elevados, teniendo en cuenta la sensibilidad que manejamos:


ISO 1600 luces altas


ISO 1600 luces medias


ISO 1600 luces bajas

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Los RAW de la E-300 deben ser manipulados con cuidado
para obtener buenos resultados (lo mismo que sucede con cualquier cámara,
realmente). Hay aplicaciones, como por ejemplo RAWShooter, que muestran
a priori un nivel de ruido mayor en las tomas (o al menos diferente),
pero pueden ajustarse los parámetros del software para movernos
en niveles similares a los obtenidos aquí. Ya que la cámara
responde muy bien a las luces altas, no es descabellado sobreexponer un
tanto las fotografías para desplazar todo el histograma hacia la
derecha y evitar que se acumulen los píxeles de la fotografía
en el extremo izquierdo del mismo, donde el nivel de información
es menor. Una vez corregidas, dichas imágenes presentan una mejora
visible en los niveles de ruido general respecto a las que se observan
aquí ya que para las prueba de este artículo se trabajó
sin sobreexponer, como se comentó anteriormente .

¿Por qué en otras páginas web la
Olympus arroja valores de ruido tan altos?. En general, esto se debe a
que se han realizado las comparaciones con otras cámaras disparando
en JPG. Hay pruebas nacidas en páginas de prestigio donde no se
procesan los RAW para valorar el ruido. Es lo que sucede cuando no se
considera bien el método de trabajo y da lugar a que cámaras
como la Canon EOS 350D ó 20D ofrezcan un nivel de artefactos bajísimo
en las comparativas, ya que el procesado que realizan automáticamente
sobre los JPGs que graban es francamente bueno. Ni que decir tiene que
luego esos valores no se mantienen ni de broma disparando en RAW a no
ser que se mime la exposición y se trabaje la fotografía
con todo cuidado. De esta manera, se termina por comparar el algoritmo
de procesado de imagen de cada cámara, al no estandarizar la plataforma
de partida de todas las fotografías, y las conclusiones no son
válidas.

La E-300 también permite hacer largas exposiciones,
muy apropiadas para fotografía nocturna. Posee un modo bulb, pero
para poder disfrutar plenamente de él debemos adquirir la empuñadura
opcional HLD-3 y posteriormente el disparador remoto por cable, que sólo
puede conectarse a dicha empuñadura. Cuando se trabaja en este
modo bulb, y no se emplea la reducción de ruido de la máquina,
el número de píxeles calientes que surge en exposiciones
de sólo 30 segundos resulta verdaderamente llamativo, ya que hay
una enorme cantidad de los mismos.

Para comprobar el fenómeno realizamos la siguiente
fotografía, con una exposición de 30 segundos a ISO 100
en un interior

Los recortes al 100% de la imagen muestran un buen número
de píxeles calientes, como comentábamos:

Sin embargo, la reducción de ruido incorporada
se muestra muy efectiva, y si se activa, es capaz de eliminarlos prácticamente
todos:

La técnica de reducción de ruido que se
emplea se basa en el conocido método del dark frame (literalmente:
fotograma oscuro) que a resumidas cuentas simplemente consiste en realizar
una segunda foto idéntica a la primera (misma exposición)
pero sin levantar el espejo y con el obturador cerrado. De esta forma,
se crea un mapa de ruido del sensor y se pueden eliminar los píxeles
calientes. El sistema, que también es utilizado por otras cámaras
como la Canon EOS 350D, tiene dos inconvenientes: duplica el tiempo de
exposición y supone que el mapa de ruido en la fotografía
control y en nuestra toma van a ser idénticos, algo que no tiene
por qué verificarse (si por ejemplo hay cambios bruscos de temperatura)
y que puede dar lugar a la aparición de píxeles negros en
la imagen final si hay algún error de coincidencia. En cualquier
caso, en la Olympus el algoritmo parece funcionar muy bien, al menos en
tomas de 30 segundos.

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Otra aportación exclusiva a la hora de mejorar
la calidad de imagen es el sistema de autolimpieza del sensor patentado
por la marca con el que cuenta la cámara, denominado Supersonic
Wave Filter
. El mecanismo se está localizado entre el obturador
y el CDD y produce una vibración de 350.000 hertzios cada vez que
se enciende la máquina que elimina totalmente las partículas
depositadas sobre el protector del sensor, que está separado de
él por un colchón de aire para evitar posibles daños
al CDD. Posteriormente, el polvo cae y es recogido mediante un material
adhesivo.

¿Cómo es de efectivo este sistema de limpieza?,
para hacernos una idea de la cantidad de suciedad sobre el protector del
sensor de la unidad de pruebas disparamos una serie de fotos al cielo
azul cerrando a tope el diafragma del 14-45 del kit. Como se puede apreciar
en la foto, una vez pasada a escala de grises y ajustados los niveles,
existe una buena cantidad de motas de polvo que obstruyen el paso de la
luz.

Aquí se han resaltado en color rojo, son al menos nueve:

¿Significa esto que el sistema de limpieza del
CCD es inútil?, evidentemente no. Simplemente no es infalible pero
contribuye a mantener sin obstrucciones el sensor de la cámara
durante bastante más tiempo que en una réflex convencional.
Cuando detectemos que ya hay un alto grado de suciedad podemos activar
manualmente el sistema de limpieza ultrasónico, y si éste
no da los resultados deseados, la cámara también cuenta
con una opción de limpieza tradicional, pudiendo emplearse, por
ejemplo, los conocidos pinceles para dejarla en condiciones.

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Otro aspecto particular de la E-300, y que en seguida
se aprecia al trabajar, es que con la medición ESP la máquina
tiende a subexponer las fotografías si en ellas aparecen elementos
muy luminosos. Es algo que se puede observar sin problemas en las siguientes
imágenes:

La medición ESP de la E-300 es muy sensible a
la presencia de pequeñísimos puntos muy brillantes en la
imagen y parece talmente que ajusta la exposición para ellos de

forma que no se quemen, como si realizáramos una medición
puntual. Esto va a provocar que toda la foto aparezca claramente subexpuesta,
con lo que luego el aumento de ruido para recuperarla será muy
notable. Hay que tener bastante cuidado, porque no es un fenómeno
constante como el que sufren otras cámaras cuando utilizan, por
ejemplo, una lente determinada, y no puede subsanarse aplicando una corrección
de la exposición estándar para todas las fotografías.
El problema ya había sido descrito en otras páginas, pero
no pensábamos que llegase a tal extremo.

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En cuanto a la calidad en concreto de las lentes que
forman parte del kit de la cámara hay que decir que ésta
es bastante alta (una sorpresa francamente agradable y un detalle por
parte de la marca). En ninguno de los dos objetivos se aprecia un pérdida
de resolución evidente centro-esquina, así como tampoco
se observa viñeteo, incluso con las mayores aperturas. El comportamiento
de ambos frente a las aberraciones cromáticas es también
francamente bueno, y resulta casi imposible apreciarlas. De hecho, en
este último punto en concreto, los Zuiko probados se comportan
tan bien como los mejores objetivos de otras marchas, a pesar de ser ópticas
baratas. Hay que señalar, sin embargo, que el 14-45 que acompaña
a la E-300 barriletea en gran medida si trabajamos en su distancia focal
menor, algo que es bastante lógico por una parte, pero que resulta
más acusado que con otras lentes, como se puede observar en la
siguiente fotografía. Es un fenómeno que debemos tener en
cuenta cuando se utilice:

Como comentaba anteriormente, las aberraciones cromáticas
azul y magenta resultan mínimas incluso en este recorte
al 100% de la imagen, donde las condiciones lumínicas en la zona
del cielo son extremas. Hay que tener en cuenta que además la foto
está hecha a máxima apertura..

Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de
adquirir la cámara es que, de momento, hay muy pocas lentes disponibles
que hayan sido diseñadas para esta máquina. Actualmente,
existen unos nueve objetivos en el mercado, que cubren desde los angulares
extremos hasta los teles (300mm f2.8). También hay un macro 50mm
f2.0. A pesar de todo, poco a poco van incorporándose nuevas lentes
a la familia. Los objetivos Zuiko son de muy buena calidad, pero también
de precio elevado si nos salimos de los que vienen con el kit (por ejemplo,
el 50mm macro ronda los 450 euros en el momento actual, y el 50-200 f2.8-f3.5
los 1000 euros). En cualquier caso, parece que Olympus ha cumplido su
palabra y las prestaciones de las que hablan en sus manuales y folletos
están aseguradas con estas ópticas.

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Finalmente, hay que señalar el buen trabajo
que realiza la marca con esta cámara al mantener su firmware actualizado
de forma real, esto es, añadiendo nuevas funcionalidades a la misma
que son verdaderamente apreciables por el usuario final. En el momento
de escribir esta prueba, acaba de salir a la luz la nueva versión
1.3 que incorpora las siguientes actualizaciones:

Mejora de la medición ESP y
la ponderada al centro
, que ahora son más rápidas y
precisas. Queda por ver si el nuevo firmware corrige el problema de subexposición
que sufre la cámara, ya que no hemos podido comprobarlo.

Dos nuevos modos, Underwater macro
(macro submarino) y Underwater wide (fotografía
submarina general). En el primer caso, se resaltan los rojos si se utiliza
el flash, y en el segundo, se resalta el color azul del fondo de las escenas.
En los dos modos se magnifican los tonos subacuáticos verdiazules
para dar lugar a imágenes más naturales. Evidentemente,
y dado que la E-300 no es sumergible (en realidad si lo es, pero tiene
el inconveniente de estropearse para siempre) se debe emplear la funda
PT-E01 especialmente diseñada para trabajar bajo el agua. Con esta
adición, la cámara pasa a tener 16 modos predefinidos.

Temporizador: ahora es posible definir
el intervalo de tiempo que transcurre entre que presionamos un botón
y giramos Control Dial de la máquina, de tal manera que si se supera
este intervalo el giro del dial no tiene efecto. Se puede programar a
3 segundos, 5 segundos, o bien sin limitación de tiempo.

Ha cambiado el modo de iniciación
de la cámara para que se puedan utilizar con ella los nuevos objetivos
que se están desarrollando de forma específica.

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CONCLUSIONES

La Olympus E-300 es una cámara muy interesante y que se ofrece en
el mercado a un precio tremendamente competitivo. Por menos de mil euros
podemos contar con toda una réflex de altas prestaciones y que además
tiene cubierto prácticamente todo el rango de focales más
típico. Las dos lentes que la acompañan son de buena calidad
y capaces de satisfacer tanto al usuario totalmente amateur como al avanzado.
La calidad de imagen que ofrece es francamente buena (aunque hay que recordar
trabajar siempre con tendencia a la sobreexposición), y las fotografías
se graban y visualizan de forma muy rápida. Su acabado y aspecto
general, por otra parte, son sobresalientes. Presenta, no obstante, algunas
limitaciones: la primera radica en que sólo posee 3 puntos de enfoque,
que se muestran claramente insuficientes a la hora de realizar muchas fotografías,
o casi todas (por suerte, el modo de enfoque híbrido automático-manual
permite hacer frente a estas situaciones). Su visor es también relativamente
oscuro y el efecto túnel al mirar por él resulta evidente.
Puede subexponer en gran medida algunas fotografías, con lo que debemos
tener en todo momento presente la posibilidad de error si hay puntos de
brillo excesivo en la escena. Su máxima ráfaga es de tan sólo
2,5 fps. No se puede emplear cable disparador sin la empuñadura…
.Son matices, en ningún caso incorregibles, y que simplemente hay
que tener en cuenta a la hora de trabajar con la cámara para obtener
buenos resultados. La máquina es una excelente opción para
aquellas personas que, por ejemplo, quieran dar el salto de una compacta
al mundo de las réflex sin comprometerse con una marca en concreto,
ya que por lo que cuesta esta cámara totalmente equipada a penas
se puede adquirir una réflex de otras marcas con los ¿objetivos?
perreros y de compromiso que ofrecen en sus kits