Andaba yo haciendo mis propias pruebas con el Samyang 85 f:1.4 -que tengo desde hace menos de un mes- cuando se ha publicado una prueba técnica en Photozone, una de las webs de referencia en ese campo. Y no puedo estar más de acuerdo con las conclusiones, porque mi experiencia de simple aficionado es la misma. La diferencia es que ellos la han probado con una cámara de formato completo muy exigente como la EOS 5D Mark II, y yo lo he hecho con una Nikon D90.

A favor:

La calidad de construcción es magnífica, dejando en evidencia a lentes que cuestan dos y tres veces más. El anillo de enfoque se mueve suavemente con un ligero amortiguamiento. El anillo de apertura a la antigua, con pasos intermedios de 1/2 diafragma, también tiene un movimiento muy suave y preciso.

Entre tres y cuatro pasos de diafragma de ventaja a esa focal sobre el típico zoom que viene en kit es todo un mundo, y no sólo por el desenfoque. Unido al rendimiento a ISOs altos de las cámaras actuales, tenemos casi una cámara de visión nocturna. El cristal frontal destaca por su tamaño, pero la verdad es que visto desde el lado de la montura sorprende más, estando acostumbrados a otros objetivos.

El bokeh a f:1.4 es impresionante. La imagen de abajo no tiene ningún recorte, y corresponde a unas luces muy lejanas y el enfoque al mínimo (1m).

El precio: 228€ puesta en casa. Poder iniciarse en la fotografía con muy escasa profundidad de campo por ese dinero es algo que nadie más nos va a ofrecer, salvo el mismo fabricante con otros nombres (Vivitar, Opteka…).

En contra:

La nitidez en las esquinas a f:1.4 no es sobresaliente, pero ¿a quién le importa nitidez en las esquinas a f:1.4? No se me ocurre ningún ejemplo en que las esquinas no estén completamente fuera de foco en ese caso, salvo que nos dediquemos a fotografiar una pared de ladrillos. A partir de f:4, es buena.

El principal inconveniente es que no dispone de autofoco -aunque si confirmación de enfoque en el visor o el telémetro de la Nikon D60-, y además con cuerpos como la D90 e inferiores, no mide la luz. Es necesario trabajar en modo manual revisando el histograma. La apertura no se controla desde el cuerpo y no se muestra en el visor. No es un objetivo para fotografía deportiva o con prisa, sin duda. Trabajar en estudio o tipo Strobist a f:8 es entretenido, pero no muy útil desde el punto de vista práctico de un trabajo comercial. El Nikkor 55-200VR, con un precio en el mismo rango, tiene una nitidez similar o mejor a esa apertura, y es más ligero y versátil.

En la caja viene con un parasol, las tapas delantera y trasera, una funda de fieltro, y un filtro de protección.

Seguramente no es un producto comparable a los Canon/Nikon equivalentes y que cuestan 8 ó 10 veces más. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones, que dependiendo del tipo de fotografía no son tan graves, es sin duda la lente con mayor relación «divertimento-precio» de las últimas que he comprado, y no tengo pocas. La marca coreana distribuída en Europa desde Polonia ha anunciado recientemente su disponibilidad para montura 4/3, a añadir a las Canon, Nikon, Sony y Pentax.

Las imágenes siguientes son sólo una pequeña muestra de la capacidad para aislar elementos con su escasa profundidad de campo, aunque también de la dificultad extrema de enfocar a f:1.4 (pulsad en ellas para verlas más grandes).

Por Félix Sánchez-Tembleque (wiggin)