Con la llegada del verano, vuelven los festivales de música, conciertos de todo tipo y con ellos, nuevas oportunidades de exprimir el equipo fotográfico. Personalmente, es un tipo de fotografía que me motiva mucho, es una forma diferente de vivir un concierto, donde muchas veces observas detalles por el visor de la cámara que se escaparían si estuvieses entre el público.

Como cualquier modalidad fotográfica, tiene su técnica y a continuación voy a contaros algunas de las cosas que me han ayudado, que por supuesto no quiere decir que sea lo correcto, simplemente es como me gusta hacerlo a mi.

Lo primero de todo, y que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando lo lea, es que me olvido del histograma. No, no estoy loco. Teniendo en cuenta que la mayoría de los conciertos son por la noche o en locales con poca luz, y que en la escena lo único que suele estar iluminado es el músico en cuestión, lo que interpretará la cámara es que falta luz por todos lados, y a ver quien es el valiente que intenta derechear el histograma en esa situación. Así que suelo fiarme de lo que veo en la pantalla, o más bien, interpreto si lo que veo es correcto o no.

Lo normal en estas condiciones es que tengamos poca luz, por lo que tendremos que exprimir el equipo lo que podamos. No hay que tener miedo a subir el ISO, es preferible hacer una foto bien expuesta a ISO 1600 que hacerlo a ISO 800 y que tengamos que «aclararla» en el procesado, aparecerá más ruido y el resultado final será peor. Con la aparición en el mercado de los últimos modelos de cámaras esto ya no es un problema dada su excelente respuesta a valores ISO impensables hace un par de años, aunque en mi caso estoy hablando de una cámara como la Canon 30D, que no puede compararse a las actuales en ese sentido.

Luego está el tema de los objetivos, hay gente que piensa que si no tiene un juego de lentes f2.8 o de una apertura mayor es mejor quedarse en casa, nada más lejos de la realidad (recordad, no tengais miedo a subir la sensibilidad en vuestras cámaras…). Obviamente eso ayuda, no vamos a negar la evidencia. Yo no tengo ningún objetivo que abra más de f4 salvo un 50mm f1.8 (que me ha venido muy bien en condiciones pésimas de luz), y eso no ha sido nunca un impedimento a la hora de hacer fotos en un concierto. Eso si, también os digo que si viviese de esto, tendría objetivos f2.8 o una cámara con la que poder tirar a ISO 3200 sin miedo alguno ;-)

Balance de blancos, automático (y en raw claro, espero que nadie haya pensado en el jpg a estas alturas…). Si os fijáis en la imagen del guitarrista, veis que hay seis colores diferentes sobre el mismo músico. A lo que añado que esos cambios de color se han producido en menos de un minuto, creo que no hay mucho más que comentar sobre esto ¿no?

Personalmente, me gusta más disparar en manual, me siento más seguro cuando controlo yo todos los parámetros. Normalmente fijo la máxima apertura y voy ajustando la velocidad a lo que necesito. Otra opción muy parecida sería disparar en prioridad a la velocidad (TV), fijando la que creamos oportuna y dejando que la cámara elija el diafragma. Lo normal es que la cámara abra el diafragma al máximo debido a esas condiciones de poca luz, aunque siempre puede aparecer algún foco que «engañe» al exposímetro y haga cerrar el diafragma más de lo debido. Aquí ya cada uno verá en qué modo se encuentra más cómodo.

Espero que os hayan servido de algo estos pequeños consejos, si tenéis alguna duda, nos vemos en los foros :-)

Publicado por Adrián Mateos (mdaf)