Texto por Ortzi Omeñaka

Dar entrada al trabajo fotográfico de Koyote con un texto escrito de mi puño y letra pensaba que podía ser de las últimas cosas que me tocaría hacer en Caborian pero mirad por donde aquí estoy, delante de un folio en blanco intentando haceros llegar lo que supone para mí su trabajo y su manera de hacer las cosas. Creo que no soy el más indicado para analizar su calidad como fotógrafo porque no dispongo de los suficientes conocimientos, pero voy a intentar explicar lo que él siempre me ha transmitido directa o indirectamente.

A Koyote lo conocí por Caborian, y a través del foro hemos compartido eventos fotográficos, charlas sobre edición y diversos temas que no estaban relacionados con la fotografía. A través de estos encuentros puedo decir que gran parte de lo que sé sobre este mundo tan maravilloso me lo transmitió él, desinteresadamente, con paciencia y sencillez. Desde que le conozco siempre me ha llamado la atención su manera de trabajar las fotografías, su manera de buscar ese sello propio y hacer “algo diferente”. Siempre le digo que le gusta demasiado arriesgar, justo todo lo contrario que a mí. Cuando veo sus fotografías de paisajes por ejemplo, lo primero que me viene a la cabeza es qué le habrá pasado por la cabeza para haber elegido ese encuadre y esa edición. Siempre me ha parecido admirable la manera de buscar “la foto”, la luz, el lugar y la época oportuna para plasmar eso que su mente y ojos ven. Todavía recuerdo una vez que íbamos en coche por la costa de Zarautz; cómo me hizo parar el coche en el arcén porque había visto una foto interesante, unas gaviotas y el agua del mar en la orilla haciendo un espejo del cielo encapotado. En ese momento me di cuenta que mi visión como fotógrafo estaba en calzoncillos y tenía mucho que aprender de él.

Koyote se trabaja mucho las fotos, las deja reposar en el ordenador (a veces demasiado jeje) para después editarlas con calma y sin el subidón del momento de saber que tienes una buena foto. En definitiva, se curra las fotos muy mucho y admiro su capacidad de improvisar, de tener la mente totalmente abierta a cualquier proyecto en cualquier momento. Para mi es un lujo tener cerca a un crack de la fotografía como él, una persona peculiar y especial en el mundo de la fotografía.

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