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Leemos en Luminous Landscape un interesante artículo acerca de cómo conseguir la exposición correcta valiéndonos del histograma, el fotómetro del siglo XXI. En numerosas ocasiones en esta web y en nuestro Foro de Consultas Técnicas recomendamos el uso del formato RAW para exprimir al máximo el rango dinámico -la diferencia entre las sombras más oscuras y las luces más altas conservando detalles y texturas en ambas-, y también el método de llevar el histograma a la derecha para conseguir el menor ruido posible en una imagen. Se trata, en definitiva, de aumentar la exposición (reduciendo la velocidad, abriendo el diafragma o subiendo el ISO) para que el histograma esté lo más cerca posible -pero sin pasarse, como en El Precio Justo- de su derecha, la zona de las luces altas. En el procesado RAW podemos después reducir la luminosidad de la imagen para que se asemeje a la escena real que fotografiábamos.

El problema del que nos hablan, y que en ocasiones hemos tratado aquí con Guillermo Luijk, es que el histograma que nos muestra la cámara no está basado en el archivo RAW (salvo para aquellos que sean orgullosos poseedores de una Leica M9) sino en la miniatura que genera la cámara para mostrarnos la imagen en la pantalla. Si queremos usar la técnica de forzar el histograma a la derecha (¡que mal suena «derechear»!) debemos garantizar que el histograma se parezca lo más posible al que nos mostraría el archivo RAW, y para ello debemos ajustar la cámara tal cual lo haríamos si estuviésemos usando el formato JPG, aunque usemos el RAW.

Ajustar el contraste y la saturación a los valores más bajos posibles.

Utilizar el balance de blancos adecuado para cada toma.

– Utilizar el espacio de color AdobeRGB.

De ese modo, y mientras los fabricantes insistan en no darnos la información real del RAW en el histograma, podemos evitarnos disgustos por un histograma que no se corresponde con la realidad.

Vía ennegativo | por Félix Sánchez-Tembleque – wiggin