DESCRIPCIÓN GENERAL.

Externamente la 30D presenta un aspecto fuerte y robusto. Es una máquina muy bien rematada, cuyo cuerpo ha sido construído en base a una aleación de magnesio. Su peso, contundente aunque no excesivo (785 g con batería), contribuye a acrecentar la sensación de firmeza. El agarre es realmente cómodo y sus dimensiones (144 x 106 x 74 mm) permiten que pueda ser sostenida sin problemas incluso por manos de pequeño tamaño. El cuerpo de la 30D, por desgracia, no es perfecto, ya que carece de juntas de sellado que garanticen el funcionamiento de la cámara en condiciones extremas (salpicaduras de agua, polvo, etc). Es algo que Canon, en su afán por segmentar gamas, descuida una y otra vez, incluso en aparatos de elevado precio, como la 5D.

En vista trasera lo primero que llama la atención es la nueva y gran pantalla. La resolución es muy buena y la reproducción de color, al menos en la unidad que nosotros probamos, también. Sin embargo, consultarla a pleno sol sigue siendo una misión imposible. En la parte superior izquierda, cerca del visor, puede observarse el nuevo botón de impresión de directa, de escasa o nula utilidad (de hecho, se ha sugerido muy acertadamente que debería haber sido un botón configurable y ofrecer la impresión directa sólo como opción) y bajo él los botones MENU (permite mostrar los menús de la máquina), INFO (información de las fotografías realizadas con distinto nivel de detalle según su pulsación o configuración la máquina si estamos en modo de disparo) y JUMP (para la navegación por las fotografías, permite dar saltos rápidos). Los dos botones inferiores, finalmente, permiten visualizar las tomas que hayamos realizado y borrar las que no cumplan nuestras expectativas.

Situados a la derecha del LCD se localizan el interruptor de encendido, la rueda de control rápido con el botón SET en su centro y el pequeño joystick al que ya están acostumbrados los usuarios de la 20D. La rueda de control se utiliza para la navegación por los menús de la máquina (muy rápida) y también para la selección de diversos parámetros, como el balance de blancos, el valor ISO, la compensación de exposición del flash… también puede emplearse el joystick superior. El botón SET actúa, como su nombre indica, para confirmar nuestras selecciones en los menús de la 30D.

Hay que señalar que la navegación a través de todo el sistema de menús de la máquina es simple y veloz. La cámara responde de forma prácticamente instantánea y, a medida que se va girando el dial de control rápido, las distintas opciones se despliegan ante nuestros ojos a gran velocidad de arriba a abajo o de abajo a arriba, dependiendo de la dirección de giro. Existe un código de color que separa los distintos tipos de menús, de modo que podemos navegar muy rápido hasta el color deseado y luego ya, más despacio, seleccionar la opción que nos interese configurar.

En la parte superior derecha aún nos encontramos con dos botones más. El de la izquierda se emplea para bloquear la exposición y también para mostrar las miniaturas de las imágenes realizadas, así como para para controlar el zoom aplicado por la herramienta lupa. El de la derecha se encarga de la selección del área de enfoque deseada, que podrá elegirse girando el dial correspondiente o directamente con el joystick; además también permite realizar zoom sobre las fotografías que estemos visualizando en el LCD.

El visor de la 30D tiene una cobertura del 95% del fotograma y sobre él puede realizarse una corrección del ajuste dióptrico desde -3.0 to +1.0 dioptrías. Tiene un grado de magnificación de 0,9x y en la máquina se ha empleado un pentaprisma. A efectos prácticos resulta pequeño y algo oscuro, aunque tampoco es terriblemente pobre. Sin embargo, este es uno de los aspectos que más debería reconsiderar Canon a la hora de rediseñar su nueva gama baja, sobre todo una vez que la competencia ha demostrado sobradamente que pueden fabricarse visores luminosos y amplios a pesar de la teórica limitación del factor de multiplicación.

Cuando se mira a través del mismo se pueden apreciar los 9 puntos de enfoque de la 30D, dispuestos en rombo.Es una disposición que a mí particularmente nunca me ha gustado y que, más o menos, ya veíamos en la Nikon D200. Sin embargo, puede venir bien para cierto tipo de fotografía, como la deportiva, ya que otorga bastante precisión al enfoque en el centro de la toma.

Por desgracia, los bordes del fotograma están totalmente desamparados lo que obliga a preenfocar y reencuadrar en un gran número de ocasiones. La precisión y rapidez de enfoque, aún en condiciones de poca luz, es sobresaliente en todo momento y la máquina se muestra muy fiable en este aspecto.

En vista superior podemos observar, a mano izquierda, el dial de conmutación de modos de la máquina. En la zona derecha se localizan el disparador (en la zona superior), el dial principal (bajo él), y cuatro botones. El primero de ellos, como indica la bombilla estampada a su lado, permite iluminar el LCD superior de la 30D para consultarlo cuando haya poca luz. A su lado y hacia la derecha se localiza el que posibilita seleccionar el modo de enfoque y el tipo de balance de blancos. Junto a este botón está el que deja seleccionar el valor ISO y la cadencia de disparo (un sólo disparo, ráfaga, disparo temporizado…). El último botón sirve para elegir el tipo de medición de la exposición que realizará la cámara así como la compensación de exposición del flash. Hay que señalar que todos estos parámetros configurables que acabamos de describir se varían de forma muy rápida mediante combinaciones de botones y diales al tiempo que el valor de los mismos puede comprobarse en el gran LCD superior del aparato.

Dicho LCD, como decíamos, es grande y se puede consultar con toda facilidad. La información que muestra es sumamente completa, de forma que en todo momento podemos conocer la configuración del aparato con un simple vistazo. Así, nos informa de la cadencia de disparo seleccionada, el valor ISO (pero no durante todo el tiempo), el tipo de archivo que grabará la máquina, el estado de la batería, el balance de blancos seleccionado, la velocidad de disparo, el número de fotos restante, la compensación de la exposición… además, ya dijimos que por las noches puede consultarse sin problemas gracias al sistema de iluminación con el que cuenta (nada muy sofisticado, por otra parte, tan sólo la típica lucecilla naranja).

En cuanto al dial de modo, su acceso es rápido y sencillo, entre otras cosas gracias a ser el único componente de la cámara situado en su parte superior izquierda. La 30D cuenta con varios modos de disparo, orientados al ususario inexperto, que no existen en cámaras de gama alta. Así, además de los típicos modos creativos (manual, prioridad a la apertura, prioridad a la velocidad de obturación, profundidad de campo automática y exposición automática programada) existe un modo totalmente automático y los típicos modos predefinidos para fotografiar deportes, paisajes, hacer retratos, macros, retratos nocturnos… que a pocos que sean nuestros conocimientos carecen de utilidad, pero pueden llegar a resultar útiles para los más neófitos (que, por otra parte, quizá debieran comprar una cámara más simple que esta).

La 30D cuenta también con un pequeño flash E-TTL II incorporado de tipo pop-up que resulta muy práctico para sacarnos de un apuro y también como asistencia al enfoque. Puede utilizarse con angulares de hasta 17 mm (equivalentes a 27 mm montados en la 30D) siendo 13 su número de guía. La exposición del flash puede compensarse sin problemas +/- 2 puntos en incrementos de 0,3 o 0,5 puntos y sincroniza a una velocidad máxima de 1/250. En nuestras pruebas con el Canon EF 17-40mm f/4.0 L el flash no proyectó ningún tipo de sombra y cumplió su cometido de forma más que correcta.

La zapata de la cámara se encuentra pareja al flash y permite acoplar un flash externo a la máquina, que puede trabajar tanto con flashes originales Canon como fabricados por terceros.

La EOS 30D, en vista frontal, se presenta como un aparato muy sencillo frente a ciertos modelos de la competencia, como la Nikon D200, que posee numerosos botones. Destaca la lámpara del temporizador/reducción de ojos rojos, que se encuentra muy cerca del botón de disparo, y también el gran pulsador de liberación de los objetivos, bajo el logotipo de la cámara.

Una vista algo más lateralizada nos permite observar que sobre el pulsador se encuentra el botón que libera el pequeño flash incoporado y, bajo él, el de previsualización de profundidad de campo. Ambos están muy accesibles y su localización no compromete la ergonomía de la máquina en modo alguno.

La bayoneta de la cámara corresponde a la montura EF / EF-S, lo que permite utilizar en la 30D la gama de objetivos Canon diseñados específicamente para cámaras con factor de multiplicación 1,6. Una vista más detallada permite observar el espejo del aparato (bajado) y la pantalla de enfoque (fija).

Cuando se eleva el espejo y se abre el obturador el sensor queda accesible para recibir la luz o bien para que procedamos a realizar una operación de limpieza. Cualquier usuario de Canon reconocerá el aspecto típico de los CMOS que montan las máquinas de factor 1,6 fabricadas por la compañía. Debido al pequeño tamaño del mismo (22.5 x 15.0 mm) la limpieza debe ser realizada con algo de cuidado, para evitar deteriorar el aparato. A pesar de ello, la operación de mantenimiento no supone ningún problema. En concreto,el sensor de la 30D es de 8,2 megapíxels efectivos y 8,5 megapíxeles totales, lo que permite obtener fotografías de hasta 3504×2336 píxeles (formato 2/3). También se incorpora un filtro de paso bajo sobre él.

En el lateral izquierdo de la 30D se localizan los conectores
de la cámara, convenientemente protegidos por una tapa de material gomoso,
elástico y flexible. El grado de protección que ofrece dicha tapa es alto y su ajuste es bueno, pero una vez abierta puede llegar a ser algo dificultoso cerrarla de nuevo, ya que debe encajarse en todos y cada uno de los conectores y su particular naturaleza hace que tienda a doblarse. A pesar de ello, no es necesario levantarla entera si simplemente queremos conectar un disparador o un accesorio al terminal PC.

Cuando la tapa se levanta, los conectores quedan a la luz. El primero de ellos (DIGITAL) es el puerto USB 2.0; bajo él se encuentra la salida de vídeo y finalmente, abajo del todo, se localiza el conector del disparador remoto y el terminal PC, que se utiliza al emplear ciertos tipos de flash.

En el lateral derecho está el compartimento que aloja las tarjetas de memoria. Se halla protegido por una tapa de plástico duro muy resistente, aunque no es estanca. La apertura se realiza de forma muy rápida gracias a la zona rugosa que posee.

Una vez abierta la tapa se accede sin ninguna dificultad al slot que aloja la tarjeta de memoria. La 30D sólo es capaz de utilizar tarjetas Compact Flash, así que en cierta medida se echa de menos el soporte para otro tipo de memorias si tenemos que salir de un apuro o bien para no tener que cambiar de tarjeta en el peor momento si la CF se llena. En cualquier caso, la inserción y recuperación de la tarjeta es una operación que puede realizarse de forma cómoda y con los ojos cerrados.

Si ojeamos la parte inferior de la máquina podremos localizar, en primer lugar, el compartimento que aloja la batería de la cámara, protegido por una pequeña tapa plástica muy segura (la 30D no se encenderá si está abierta). La batería, de ión litio, es del mismo tipo que se utiliza en la 20D y no ofrece ningún tipo de problema en cuanto a la autonomía. Está sujeta en su compartimento por una pequeña cuña plástica de gran eficacia presora que asegura su inmovilidad. La máquina utiliza de serie la batería BP-511A, (es la que se entrega con ella), pero soporta las BP-511, BP-512 y BP-514. Muy cercano al compartimento de la batería principal se localiza el de la pequeña pila de botón (tipo CR2016) que emplea la 30D para almacenar la fecha y la hora. En caso de contacto con el agua este compartimento deberá ser abierto inmediatamente después de retirar la batería principal ya que de otra forma el proceso de oxidación será extremadamente rápido gracias a la energía eléctrica suministrada por la pila.

El resto de la base está habilitado para la sujeción de la zapata del trípode. La 30D tiene en esta zona inferior una serie de estrías, para evitar la rotación de la zapata una vez atornillada, que cumple su cometido sin ningún problema al tiempo que mantiene el área de contacto libre de arañazos.

En suma, el cuerpo de la 30D es sencillo y sigue la tónica de los modelos de gama media-baja de Canon. El manejo es sumamente simple y cualquier persona podrá, en tan sólo diez minutos, hacerse con la máquina aunque no se moleste en leer demasiado el manual de instrucciones. Es posible que los puristas echen en falta gran número de botones y ruedecillas de ajuste que sí aparecen en modelos como la Nikon D200, aunque este aspecto es cuestion de gustos, de manera que otros muchos valorarán la simplicidad positivamente.