Limpieza del sensor.
La Alpha 100 incorpora un doble sistema para la limpieza del sensor. En primer lugar, su CCD está revestido con una capa antiestática que repele el polvo y, en segundo lugar, el CCD es capaz de vibrar de forma rápida e intensa para eliminar las partículas adheridas a él cuando la cámara se apaga. Para comprobar la eficacia de este doble sistema decidimos hacer una cosa bastante simple: tomamos la cámara y limpiamos el sensor con los pinceles Arctic Butterfly de Visible Dust en Fotocentro. Posteriormente comprobamos que el sensor estuviera realmente limpio y procedimos a dar una vuelta por la calle, quitando y poniendo el objetivo con frecuencia en diversos ambientes (ninguno anormal, las típicas calles ventosas de un paseo marítimo en verano). Tras una hora de caminata y simulando unos 30 cambios de lente (siempre apagando la cámara antes de desacoplar el objetivo y manteniéndola orientada hacia abajo) volvimos a la tienda, encendimos y apagamos la máquina unas 10 veces (para que el sistema de limpieza incorporado pudiera actuar) y comprobamos el estado del sensor, observando que había bastante suciedad retenida sobre él:


Sensor sucio.

Tras comprobar la magnitud del desaguisado limpiamos de nuevo el sensor con los Arctic y analizamos de nuevo su estado, pudiendo constatar que en este caso la limpieza sí había surtido un efecto notable. Tan sólo dimos una pasada del pincel, de forma que la eliminación de la porquería no fue total:


Sensor limpio.

No dudamos de las bondades del sistema de limpieza incorporado por Sony, pero a nosotros no nos ha dado un resultado especialmente impresionante. Realmente no hemos detectado diferencias muy significativas entre esta cámara y cualquier otra, aunque, sin duda, el sistema está ahí por algo y sería preciso un análisis más exhaustivo para afirmar de forma rotunda que no opera correctamente (o al menos, no tanto como desearíamos). Con esto queremos decir que hay que tomar este último resultado con pinzas, simplemente como un experimento informal.