De un tiempo a esta parte, han aparecido en el mercado toda una serie de grandes angulares más o menos extremos para utilizar específicamente en cámaras réflex digitales con sensor APS. Entre ellos podemos encontrar el 10-22 EF-S de Canon, el Sigma 12-24 o el Tamron 11-18, que es el que nos ocupa en esta prueba.


Introducción

La lente responde al nombre completo de Tamron SP AF11-18MM F/4.5-5.6 Di II LD Aspherical (IF) (según la marca, luego en el cuerpo de la óptica el orden de términos se ha alterado). Las siglas Di-II hacen referencia a que está diseñada para utilizarse únicamente en réflex de sensores pequeños; el sufijo LD indica la utilización de cristales de baja dispersión; e IF informa que el enfoque es interno. Este es el aspecto de la unidad de prueba, cecida amablemente, como es habitual, por Fotocentro:

El 11-18 consta de 15 elementos en 12 grupos y posee 7 hojas de diafragma. Su apertura mínima es f22 y su menor distancia de enfoque 25 cm. No es una lente pesada (sólo 325 g) y sus dimensiones son 83,2 x 78,6mm (diámetro y longitud). Su diámetro de filtro es de 77 mm, considerablemente grande. Está disponible con 3 tipos de montura: Canon, Nikon y Minolta y a fecha de hoy su precio no llega a 600 euros. Montado en una cámara de factor 1,6 ofrece una focal de 17,6-28,8 mm, muy adecuada para fotografiar, por ejemplo, paisajes.

Cuando se sostiene el objetivo en la mano, la sensación de calidad es evidente. Su cuerpo no es metálico, a excepción de la bayoneta, pero está muy bien rematado. El tacto de los anillos de enfoque y zoom es muy agradable y permite realizar ambas operaciones de forma precisa, con seguridad y de forma muy suave. El enfoque automático que posee la lente no es ruidoso, aunque tampoco resulta excesivamente rápido. Esta lentitud tampoco llega a hacerse molesta en ningún momento, ya que estamos hablando de un gran angular extremo, y la profundidad de campo resulta elevada. Su lente frontal, por otra parte, es prácticamente semiesférica y está al límite de sobresalir del cuerpo del objetivo, lo que hace que debamos manejarlo con cuidado si es que no utilizamos un filtro protector.

Resolución

Para la prueba de resolución se optó por salir de la tienda y hacer las fotografías a un motivo de gran tamaño, dadas las características del objetivo. Se eligió, por tanto, el siguiente muro (fotografía tomada con una longitud focal de 11mm), ya que su textura resulta adecuada para evaluar la nitidez de laimagen, a pesar de no ser un motivo de mucho constraste:

Las fotografías se realizaron con una Canon EOS 350D, disparando en RAW. Las imágenes fueron procesadas con el ACR y no se modificó nada a excepción del balance de blancos (automático). En los recortes al 100% no se ha aplicado ningún tipo de enfoque digital. La exposición se ajustó en el momento de realizar la fotografía manualmente hasta el límite derecho del histograma y se niveló convenientemente la cámara frente al muro.

Con una distancia focal de 11mm la máxima apertura de la lente es f4.5, y en la imagen se puede observar de forma clara como existe gran diferencia de calidad centro-esquina. La resolución en el centro es muy buena mientras que la pérdida en los extremos resulta evidente:

f4.5 centro f4.5 esquina

A f5.0 los resultados son muy similares. Existe, si acaso, algo más de contraste en la esquina, pero muy poco:

f5.0 centro f5.0 esquina

Y este comportamiento se repite a lo largo de todas las aperturas hasta f8.0. Si observamos en detalle, se puede apreciar que la esquina a f8.0 está mejor resuelta que a f4.5, pero muy poco, manteniéndose la resolución en el centro de la imagen muy constante. La lente permite hacer fotografías que a efectos prácticos poseen la misma calidad tanto a la máxima apertura como en el punto dulce teórico de la misma.

f8.0 centro f8.0 esquina

A f11.0 la imagen es casi igual que a f8.0:

f11.0 centro f11.0 esquina

Y las fotografías comienzan a mostrarse más blandas a partir de f16.0, aunque todavía no demasiado:

f16.centro f16.esquina

A la mínima apertura, f22.0, la pérdida de detalle es evidente en la zona central de la imagen, que ya resulta francamente blanda, aunque no inutilizable:

f22.0 centro f22.esquina

Con una distancia focal de 18mm, el muro tiene este aspecto:

A la máxima apertura, f5.6, sucede lo mismo que ya apreciábamos trabajando con una distancial focal de 11mm. El centro de la imagen aparece muy bien resuelto y la pérdida es muy notable en las esquinas, donde, además, se aprecia un leve viñeteo:

f5.6 centro f5.6 esquina

< A f6.3 los resultados son muy parecidos aunque el centro de la imagen ha ganado algo en nitidez, muy poco, en cualquier caso:

f6.3 centro f6.3 esquina

< A f8.0 la imagen todavía es algo más nítida, pero únicamente en la zona central. Como vemos, las esquinas permanecen bastante inalterables excepto en lo que respecta al viñeteo, que ya no existe:

f8.0 centro f8.0 esquina

A f11.0 la foto es prácticamente indistinguible de la que se obtiene a f8.0:

f11.0 centro f11.0 esquina

A f16 la zona central de la imagen es más suave que a f11.0, pero no es nada exagerado y la fotografía sigue siendo muy detallada:

f16.0 centro f16.0 esquina

Los peores resultados se obtienen, como era de esperar, a f22.0, donde la pérdida de calidad es bastante apreciable respecto a f8.0, tanto en el centro como en las esquinas (aunque estas últimas no se resuelven correctamente en ninguna situación, como hemos visto).

f22.0 centro f22.0 esquina

A pesar de lo que pueda parecer, y aún asumiendo la profunda diferencia centro-esquina que existe en esta lente, las imágenes que se obtienen con la cámara poseen globalmente una calidad muy aceptable. Debemos tener en cuenta que la 350D es una máquina de 8mp y los recortes al 100% que observamos aquí corresponden a una zona muy pequeña de la fotografía final, que no carece globalmente de detalle. Lo que sí garantiza este objetivo es que en todo momento vamos a poder trabajar a máxima apertura sin que la merma de calidad en la foto resulte muy apreciable, al menos, en términos de resolución. Es algo importante, ya que la lente no resulta excesivamente luminosa.


Aberración Cromática

Para analizar la posible aberración cromática del 11-18 y su contribución a otros fenómenos como el purple fringing, debidos en cierta medida a ella de forma indirecta, se tomó la siguiente fotografía con una longitud focal de 11mm:

A f4.5 el detalle al 100% de las farolas no permite observar ningún tipo de artecto en la superficie metálica de las mismas, a parte de la sobreexposición y una levísima zona azulada central que sería prácticamente inapreciable en el revelado o impresión de la foto:


f4.5

En este otro detalle al 100% sí que se puede observar tanto birrefringencia verde en la zona central de la imagen, como posiblemente purple fringing a lo largo del resto del contorno de las edificaciones. Sin embargo, el efecto no es nada acusado y la imagen en este aspecto sigue presentando una calidad excelente:


f4.5

Posteriormente, se tomó la misma fotografía a f8.0 para observar si se aprecia mejoría al diafragmar la lente o no y se comprobó que el comportamiento es constante a lo largo de su arco de diafragmas. Esto no es en sí una mala noticia, ya que los resultados eran excelentes desde f4.5:


f8.0


f8.0

A 18mm la imagen general es la siguiente:

Los recortes al 100% disparando a f5.6 (máxima apertura) muestran únicamente un incremento aparente de la aberración cromática. Ésta es más visible por ser mayor el tamaño de los objetos dentro de la fotografía. En las farolas es de nuevo inapreciable, pero en la zona de edificios, la birrefringencia y el purple fringing se pueden notar. No obstante, el nivel de artefactos se mantiene bajo.


f5.6


f5.6

Al cerrar a f8.0 reducimos muy levemente el nivel de aberraciones, al tiempo que incrementamos la resolución en las esquinas, pero todo ello de forma muy poco notable:


f8.0


f8.0

Conclusiones

En este caso, vamos a omitir la prueba de bokeh, ya que el carácter de gran angular de la lente hace que ésta sea innecesaria. Por otra parte, la gran profundidad de campo que posee haría que resultara difícil y poco ilustrativa, porque las diferencias entre diafragmas serían visibles sólo a base de recortes al 100%, en la mayoría de los casos.

En cuanto al rendimiento de color del objetivo, hay que señalar que a diferencia de otras lentes, como el 17-40 f4.0 L de Canon, que ofrece «de serie» unos colores saturados, las fotos tomadas con el Tamron requieren un pequeño trabajo de post-proceso. En la siguiente imagen observamos la fotografía según sale de la cámara (se ha utilizado un filtro degradado neutro de 2 diafragmas). Los colores resultan en cierta medida apagados y carentes de vida:


Sin post-proceso

La misma imagen procesada (de forma un poco exagerada, para que se aprecien mejor las diferencias) resulta una foto más atractiva a la vista. Se han saturado los colores y corregido los niveles:


Con post-proceso

La necesidad de procesar las imágenes no implica en ningún momento que el Tamron sea un objetivo de baja calidad, simplemente hay que trabajar algo más después de tomar la fotografía que con otras ópticas (lo que no es necesariamente malo). Por otra parte, se puede apreciar sin dificultad la gran distorsión que surge en cuanto la lente no está totalmente paralela al suelo, lo que no la hace excesivamente apropiada para fotos como la anterior, donde abunden los elementos arquitectónicos.

El Tamron SP AF11-18MM F/4.5-5.6 Di II LD Aspherical (IF) es un buen objetivo. Su calidad de construcción resulta indiscutible y a pesar de su gran diámetro de filtro no se muestra ni aparatoso ni pesado. Si por algo se caracteriza es por su capacidad de ofrecer de forma constante imágenes de calidad, casi con independencia del diafragma utilizado, lo que resulta muy de agradecer. Su carácter de angular extremo hace que no resuelva las esquinas tan bien como otras lentes, aunque tampoco es un mal mayor que nos impida utilizarlo libremente. El comportamiento frente a las aberraciones cromáticas es igualmente muy notable, lo que permite fotografiar contraluces y otro tipo de situaciones comprometidas con seguridad. Finalmente su precio, si bien no es reducido (algo menos de 600€), tampoco resulta el más elevado del mercado. Tiene dos puntos negros: el primero de ellos es la gran distorsión que surge en las imágenes (una tara asociada a la propia naturaleza de la lente, más que a este objetivo en sí). El otro, que su uso debe restringirse únicamente a cámaras de factor 1,6 y similares, lo que puede suponer un inconveniente si alguna vez sustituímos nuestro equipo por otro que posea un factor de multiplicación 1,3 ó bien por una cámara full frame.