Conclusiones sobre el aspecto externo, calidad de construcción y ergonomía. Parece claro que la nueva Nikon es más bonita de visualmente y resulta también mucho más ergonómica que su competidora, ya que su tamaño es más lógico que el de la Canon y la textura de su superficie muy agradable. Por otra parte, la presencia de un LCD superior posibilita un manejo muy cómodo y los botones repartidos a lo largo y ancho de su cuerpo (siendo incluso uno de ellos programable) hacen que se pueda manejar con independencia casi total de su TFT posterior, como si se tratara de una réflex de carrete de toda la vida (y realmente es de agradecer, porque la navegación por los menús es lenta y perezosa). El visor, por su parte, no tiene mucho que envidiar al de una cámara analógica convencional y la presencia de las líneas de ayuda a la composición es inestimable. Como puntos negros comentar que la aparente buena factura de la cámara se diluye un poco cuando se analizan ciertos pequeños detalles, ya que en ese momento hay zonas que dejan de resultar tan robustas como en un principio parecía. La Canon lleva claramente las de perder ergonómicamente hablando: es pequeña, de tacto liso y frío. A cambio de esto, y de no resultar visualmente atractiva, parece que está construída basándose en unos estándares de calidad al menos igual de rigurosos que los de Nikon. La 400D puede asemejarse a un juguete y no tener buena presencia, pero es una máquina muy dura y bien rematada. Con todo, esto no puede ocultar sus carencias, como, por ejemplo, la ausencia del LCD superior. Su cuerpo también está bastante despoblado de botones en general y la visita a los menús de la máquina para alterar su configuración resulta bastante más frecuente que con la Nikon, aunque también es cierto que la respuesta al navegar por los mismos es inmediata. Sin embargo, la mayor tara que posee la pequeña 400D es su visor, que comparado con el de la D80 da pena y dolor. Este último aspecto es, sin duda, muy importante, y viene a empañar la buena imagen general de la recién llegada a la familia Canon.