Canon EOS 400D: limpieza del sensor integrada. Una de las principales novedades que presenta la nueva Canon es precisamente la incorporación de un sistema para mantener libre de polvo y paja la superficie de los filtros que se localizan sobre el sensor. Como ya describimos antes, justo antes de empezar a realizar las pruebas de imagen, el sistema es tanto activo como pasivo y está basado por un lado en el empleo de capas antiestáticas situadas sobre los elementos que cubren el CMOS y por otro en la presencia de un componente piezo eléctrico que, en contacto con el filtro de paso bajo, es capaz de producir vibraciones rapidísimas para sacudir la porquería. Evidentemente, no nos resistimos a hacer una prueba a fondo para comprobar la eficacia del sistema, nuevo para Canon. En primer lugar, hicimos lo de siempre: comprobamos que el sensor estuviera limpio y salimos a pasear durante un buen rato por la calle, en un día perfectamente normal, quitando y poniendo muchas veces el objetivo de la cámara. Aproximadamente después de media hora y no menos de 40 ó 50 cambios de lente (sin ningún tipo de cuidado al orientar la cámara para realizar la operación) analizamos el estado del sensor y pudimos comprobar, gratamente, que sólo se había depositado una pequeña cantidad de porquería sobre el mismo que en ningún momento perjudicaba la toma de fotografías:

Bastante satisfechos, decidimos ver hasta donde llegaba el asunto y levantamos el espejo de la cámara para darle, con el sensor expuesto al aire durante todo el rato, otro paseo de varios minutos. Tras efectuar la operación procedimos a activar manualmente la limpieza integrada del sensor 6 veces seguidas, porque constatamos que incluso se había adherido suciedad visible a simple vista (a pesar de los recubrimientos antiestáticos). Posteriormente realizamos una fotografía a fin de comprobar el estado del mismo y obtuvimos el resultado que se muestra bajo estas líneas, un poco catastrófico. En la foto aparece un gran número de meteoritos pero también existen varios pelillos que se presentan como manchas negruzcas, de gran superficie y muy poco definidas.

Es evidente que el sistema de limpieza que Canon ha incorporado funciona y, además, bien. Trabajando normalmente el CMOS se ha mantenido limpio sin problemas, a pesar de que en ningún momento pusimos cuidado alguno a la hora de realizar los cambios de objetivo. Sin embargo, cuando se levanta el espejo y el sensor se expone directamente a la mugre el sistema de limpieza se ve superado, como es normal, y hay que recurrir a métodos más drásticos para solucionar el desaguisado.