DESCRIPCIÓN GENERAL.

El kit de prueba que tuvimos oportunidad de analizar fue cedido amablemente por Fotocentro. Consta de la Sony Alpha 100 propiamente dicha y también de la lente Sony SAL 18-70 mm f3.5-5.6 DT, pensada para aquellos que quieran dar sus primeros pasos sin complicarse mucho con la elección de la óptica (el conjunto se vende por poco más de 900 euros). Además, en la caja se incluyen otras cosas, como la correa de sujeción, una batería, los cables de conexión, un adaptador para utilizar tarjetas de memoria Sony como si fueran Compact Flash y el cargador de baterías junto con su cable para enchufarlo a la red eléctrica. El cargador no aparece en la imagen porque sencillamente se nos olvidó ponerlo, pero lo veremos en detalle más adelante :P.

Además de lo enumerado, se incluye extensa documentación sobre la máquina. Hay casi de todo: guías para dar los primeros pasos, manuales/solucionadores de problemas en diversos idiomas, algunos programas bastante decentes para procesar archivos RAW (Image Data Converter SR) y catalogar imágenes (Picture Motion Browser) que aquí no analizaremos, las garantías…

Centrándonos propiamente en la cámara, lo primero que llama la atención cuando se sostiene en la mano es su evidente parecido con la retirada Konica Minolta Dynax 5D. Los cuerpos son prácticamente iguales y resulta totalmente claro que Sony aprovechó sin ningún reparo la estructura de la extinta Minolta para utilizarla como armazón en la Alpha 100 (todos aquellos que tengan curiosidad en comparar detalladamente las fotos de ambas
máquinas pueden dirigirse a nuestra prueba de la Dynax 5D).

En la mano, la nueva Alpha 100 resulta muy ligera, y de hecho, tan sólo pesa 545 gramos sin batería y 638 con ella, un poco más que la minúscula Canon EOS 350D. La cámara está bien rematada aunque no ofrece aspecto de ser una máquina ultrarrobusta (está realizada toda ella en plástico) y, en este sentido, queda clara la vocación no profesional del aparato. Tiene una zona brillante, cerca del disparador, que personalmente no me gusta demasiado porque tiende a estropearse y mancharse con facilidad, pero no hay problemas con el resto del cuerpo. El agarre es muy bueno y trabajar con la Alpha 100 resulta cómodo, ya que la cámara no es especialmente pequeña (133 x 95 x 71 mm, la EOS 30D sólo es ligeramente mayor). Evidentemente, la Alpha 100 no dispone de juntas de sellado que la protejan en caso de polvo, nieve, salpicaduras y demás elementos adversos, de forma que debemos tener cierto cuidado cuando la usemos.

En vista trasera la máquina se presenta como sencilla y con los botones justos, algo que se agradece bastante al hacer las pruebas y utilizar posteriormente el producto. En primer lugar destaca la gran pantalla central de 2.5″ TFT LCD, con la tecnología (‘Clear Photo LCD Plus) y 230.000 píxeles de resolución. La pantalla se ve muy bien y hay que reconocer que cumple su función a las mil maravillas, ya que es perfectamente posible saber si una foto está enfocada o no analizando su previsualización. La reproducción de color es buena y el ángulo de visión también, pero lamentablemente, a pesar de su capa antirreflectante AR, consultarla a pleno sol veraniego es misión totalmente imposible. Obviando el detalle del sol, hay que reconocer que el resto de aspectos están sumamente cuidados y, así, cuando vayamos a mirar por el visor, la retroiluminación de la pantalla se desconectará automáticamente, volviendo a conectarse cuando hayamos separado la cara del cuerpo de la máquina. Además, los datos de la pantalla pueden mostrarse en vertical u horizontal, dependiendo de como estemos sosteniendo el cuerpo en ese momento. Desgraciadamente, la pantalla tiene otro problema junto con el de de la visualización bajo el sol: se mancha muchísimo debido a la famosa capa antirreflectante y posteriormente es difícil limpiarla. También hay que señalar que la Alpha 100 carece de visor LCD superior, como el que tiene la Nikon D200, por ejemplo, de modo que la pantalla posterior lo sustituye, mostrando en todo momento los datos de la toma que vamos a realizar (modo de exposición, velocidad/apertura, modo del flash, valor ISO, modo de medición, tipo de autofoco, calidad de imagen, estado de la bateria, etc). La información es muy completa y personalmente no encuentro ningún problema a este esquema de presentación de datos basado en un sólo LCD.

Por otra parte, y aprovechando que hablamos de la pantalla, comentar que la navegación a través del sistema de menús es sumamente sencilla. No cuesta nada hacerse con el control de la Alpha y cualquier persona que esté medianamente familiarizada con las réflex digitales se encontrará como pez en el agua trabajando con ella. El manejo resulta muy intuitivo desde el primer momento y ni siquiera hay que leerse el manual para realizar la mayoría de las operaciones.