Han pasado casi tres años desde la introducción de la EOS 1D Mark III por parte de Canon. La Mark III estaba llamada a consolidar la hegemonía de Canon en la fotografía deportiva y de eventos, pero sus problemas con el autofoco precisamente para esos casos y el resurgir de Nikon con la D3 hicieron decantarse la balanza hacia el segundo.

Uno de los informes más extensos y mejor realizados entonces fue el de Rob Galbraith, quien lo repitió tras las sucesivas llamadas del servicio técnico a  los usuarios para actualizar el firmware e incluso revisar el montaje del subespejo del autofoco. La nueva Mark IV pretendía borrar de la memoria esos problemas y plantar batalla a la reciente Nikon D3s. Anunciada en octubre de 2009, las primeras unidades se vieron en diciembre, y no ha sido hasta ahora que ha empezado a distribuirse de manera normal.

Si entonces la coincidencia de un importante evento, los Juegos Olímpicos de verano, y de un gran producto por parte de su rival directo hacían que el momento para los problemas fuese el peor posible, ahora no lo es menos, con los Juegos Olímpicos de invierno empezando mañana mismo y el mundial de futbol a la vuelta de la esquina. Y a juzgar por el extensivo análisis que nos presenta ahora para el nuevo modelo, la Mark IV vuelve a perder el combate, aunque esta vez por puntos y no por k.o.

El sistema de enfoque es completamente nuevo, pero tal y como se pregunta el fotógrafo ¿esos cambios son suficientes? ¿esos cambios hacen de la cámara una opción viable para el trabajo en deportes? Parece que en condiciones donde la Mark III fallaba estrepitosamente, en la clásica prueba de pista con el atleta corriendo hacia la cámara, ahora la Mark IV clava el foco en toda la secuencia. Pero en el resto de pruebas, el rendimiento no fue tan efectivo:

  • En patinaje de velocidad, la cámara en ocasiones consiguió más de diez imágenes en ráfaga enfocadas, pero en otras no, particularmente cuando cruzan la meta y levantan la espalda.
  • En condiciones de luz escasa en un partido de baloncesto, o con flash, falló tantos disparos como acertó, lo que no es un porcentaje demasiado bueno.
  • Durante varios partidos de fútbol el comportamiento fue extraño. En dos de ellos el AF funcionó perfectamente y en otros el número de imágenes completamente fuera de foco fue muy grande. Además, en un partido con luz natural, sólo enfocó correctamente cuando el sol estaba tapado por una nube, y tuvo problemas con los jugadores vestidos de rojo.

En la página de Rob Galbraith podéis leer al análisis completo y ver detalladas secuencias de fotografías, para -como dice el señor Galbraith- verlo por uno mismo. En comparación, el sistema de autofoco de la D3s -del que promete un análisis extenso pronto- funciona mejor según él. Además las imágenes fuera de foco lo están ligeramente y no completamente borrosas como en el caso de Canon, haciendo que en ocasiones se pueda salvar el día.

Por Félix Sánchez-Tembleque (wiggin)