Tanto el Canon EF 85mm f1.8 USM como el EF 85mm f1.2L USM son dos objetivos bien conocidos por la mayor parte de propietarios de una EOS. Así, que le pedimos a Fotocentro que nos dejase dos modelos para probar.

El primero de ellos es una lente barata, que no llega a 350 euros. Es un objetivo bastante ligero, de 425 gramos, y no excesivamente aparatoso (su diámetro de filtro es de tan sólo 58mm), lo que hace que se convierta en un tele corto muy manejable. Externamente se presenta como sólido y bien construido, mostrando una calidad muy aceptable, aunque gran parte de su cuerpo no es metálico. Internamente, consta de 9 elementos en 7 grupos y de 8 hojas de diafragma. Su distancia mínima de enfoque es de 0,85 metros y de éste se encarga un motor USM rápido y preciso, que cumple su función muy silenciosamente y sin problemas.

El 85mm f1.2L es notablemente diferente de su hermano menor y muchísimo más caro (unos 1700 euros en el momento actual). Lo primero que llama la atención es su enorme tamaño. Pesa algo más de un kilo (1025 g) y tiene un diámetro de filtro de 72 mm. La calidad de construcción es excelente, como corresponde a un serie L, y la lente trasera es tan enorme que ocupa toda la bayoneta, lo que obliga a que los conectores del objetivo estén prácticamente montados sobre ella. El objetivo está construido con 8 elementos en 7 grupos y consta de 8 hojas de diafragma, al igual que su hermano menor. La distancia mínima de enfoque de la lente son 0,95 metros, y de esta operación se encarga un motor USM que debido al tamaño y peso de los componentes del objetivo se muestra muy lento y perezoso. La lente por otra parte carece de enfoque mecánico. En cuanto a la precisión del mismo, en una cámara de factor 1,6 y a plena apertura no es recomendable fiarse del enfoque automático, porque es inexacto, aunque con las series 1D va perfectamente. Todo este conjunto de características hacen que el manejo del 85 f1.2L sea bastante engorroso en una cámara tipo 20D (y no hablemos de la 350D), ya que ésta se va constantemente hacia delante y es muy inestable en la mano. Como la profundidad de campo a máxima apertura es ridícula y el autofocus no es extremadamente preciso (como hemos dicho, sólo en cámaras no 1D) ni rápido, se debe enfocar a ojo (y a mano). Esta tarea es más o menos imposible en condiciones de escasa iluminación, ya que el objetivo es tan ancho que casi no se puede abarcar el anillo de enfoque. A esto debemos sumar la mala calidad del visor de las cámaras con factor 1,6, y obtendremos una combinación explosiva que convierte la realización de una foto a 1,2 dentro de cualquier interior en una tarea dificultosa.
Evidentemente, este cúmulo de características no deseadas del 1.2 en una cámara “pequeña” se deben a la orientación profesional del objetivo, que está pensado para montarse en una EOS 1D o 1Ds, mucho más pesadas que la gama baja de Canon. El autofocus en estas cámaras también se comporta notablemente mejor, y la calidad de sus visores permite realizar a mano el enfoque automático sin demasiados problemas.
Ésta es la apariencia externa de los dos contendientes:

Como se puede apreciar sin dificultades, el 85mm f1.8 es muchísimo más pequeño que su hermano mayor.

Para las pruebas de resolución se eligió un póster como motivo a fotografiar, ya que cuenta tanto con textos como con imágenes, y sobre él resulta sencillo comparar las dos lentes:

Todas las fotos de la comparativa han sido realizadas con una Canon EOS 300D, y sólo se ha ajustado el balance de blancos (automático). En los recortes al 100% de las fotografías no se ha aplicado ningún tipo de filtro (como máscaras de enfoque, etc…).
Como se puede observar, a f1.2, el serie L se muestra aceptable para la mayoría de propósitos, pero muy blando en el centro y en las esquinas, donde la pérdida de calidad es muy visible:

centro

esquina

A f1.4 no existe una mejora en la resolución apreciable:

centro

esquina

Y se empieza apreciar un ligero aumento de calidad a f1.6:

centro

esquina

A partir de este punto, comienza a compartir apertura con su hermano menor, de forma que iremos analizando conjuntamente las fotos de ambas ópticas a medida que cerramos el diafragma.
A f1.8 los dos objetivos se comportan de una manera relativamente similar. La escena está algo mejor resuelta por el serie L, que muestra unos colores más claros. Sin embargo, no es una diferencia tremendamente apreciable.

85 f/1.2 a 1.8 centro

85 f/1.8 a 1.8 centro

85 f/1.2 a 1.8 esquina

85 f/1.8 a 1.8 esquina

A f2.0 el serie L sigue resolviendo mejor la toma que su hermano pequeño. A pesar de eso, sus esquinas continúan bastante defectivas y casi equivalentes a las del 1.8:

85 f/1.2 a 2.0 centro

85 f/1.8 a 2.0 centro

85 f/1.2 a 2.0 esquina

85 f/1.8 a 2.0 esquina

A f2.2 el f1.2L empieza a mostrar una buena resolución en el centro, bastante mejor que la del f1.8 , que también experimenta una recuperación. Las esquinas están notablemente mejor resueltas ya en los dos objetivos, y muestran una calidad general muy asumible. Fijémonos también cómo el f1.2 arroja de forma constante colores más claros.

85 f/1.2 a 2.2 centro

85 f/1.8 a 2.2 centro

85 f/1.2 a 2.2 esquina

85 f/1.8 a 2.2 esquina

A f2.5 la mejoría en las dos lentes es notable. Sigue siendo superior el serie L, sobre todo en el centro.

85 f/1.2 a 2.5 centro

85 f/1.8 a 2.5 centro

85 f/1.2 a 2.5 esquina

85 f/1.8 a 2.5 esquina

A f2.8 las diferencias entre los dos objetivos sólo son ligeramente apreciables en la zona central; ambos trabajan bien y la pérdida de calidad centro-esquina prácticamente no existe.

85 f/1.2 a 2.8 centro

85 f/1.8 a 2.8 centro

85 f/1.2 a 2.5 esquina

85 f/1.8 a 2.8 esquina

A f3.2 los dos se comportan casi exactamente igual, salvando la pequeña diferencia tonal que existe entre ambos:

85 f/1.2 a 3.2 centro

85 f/1.8 a 3.2 centro

85 f/1.2 a 3.2 esquina

85 f/1.8 a 3.2 esquina

Y dicha tónica prosigue de aquí en adelante, como se puede observar en estos recortes a f4.0, donde las lentes comienzan a manifestar su verdadero poder resolutivo:

85 f/1.2 a 4.0 centro

85 f/1.8 a 4.0 centro

85 f/1.2 a 4.0 esquina

85 f/1.8 a 4.0 esquina

A f8.0 los dos objetivos son indistinguibles (el 85mm f1.2L, al obtener unos colores más claros puede dar la idea equívoca de poseer menor resolución que su hermano menor, aunque realmente no es así):

85 f/1.2 a 8.0 centro

85 f/1.8 a 8.0 centro

85 f/1.2 a 8.0 esquina

85 f/1.8 a 8.0 esquina

La mínima apertura del 85mm f1.2L es f16. Podemos observar que las imágenes de los dos objetivos con este diafragma siguen siendo prácticamente iguales (algo que se ha ido repitiendo sistemáticamente en las fotos tomadas a lo largo de toda la escala de diafragmas desde f8.0 en adelante, aunque no aparecen en la comparativa).

85 f/1.2 a 16.0 centro

85 f/1.8 a 16.0 centro

85 f/1.2 a 16.0 esquina

85 f/1.8 a 16.0 esquina

Si estamos utilizando el 85mm f1.8, todavía podemos continuar cerrando el diafragma hasta f22, y la lente se sigue mostrando utilizable, aunque la pérdida de resolución es evidente:

85 f/1.8 a 22.0 centro

85 f/1.8 a 22.0 esquina



¿Cómo resuelven los dos 85s la aberración cromática?. Para averiguarlo se optó por fotografiar el siguiente motivo, en el que surgen partes muy quemadas sobre la superficie metálica (la fotografía está tomada a f2.5):

Los recortes al 100% de las imágenes obtenidas al con las dos ópticas son los siguientes:

85 f/1.2

85 f/1.8

Puede apreciarse que el comportamiento de ambos objetivos es similar, aunque el f1.2L resuelve mejor la toma.
Sin embargo, si por algo tiene fama el 85mm f1.2L es debido a obtener un bokeh excepcional en todo tipo de fotografías. Se dice que los desenfoques logrados con esta lente no pueden conseguirse prácticamente con ninguna otra, y ciertamente, quien más quien menos, ha visto algún bodegón o retrato espectacular realizado con el serie L de Canon. Para comprobar las diferencias reales entre las dos ópticas se situó un 50mm f2.5 Compact Macro sobre una caja de luz (luz que ni se atenuó ni se filtró en ningún modo) para realizarle una serie de fotografías. Se trata de obtener una escena de contrastes fuertes, con partes metálicas quemadas, y que de paso presente una amplia superficie desenfocada tras el objeto principal.
A f1.2, el serie L muestra un bokeh francamente espectacular, junto con una ridícula profundidad de campo. El objeto utilizado para fotografiar se integra de forma muy progresiva en el fondo y éste es totalmente irreconocible. La lente, sin embargo, no está exenta de aberraciones cromáticas varias muy aparentes, como se observa en la bayoneta del objetivo y a lo largo de la zona inferior del mismo:
A f1.4 o f1.6 el bokeh es muy similar en calidad y la profundidad de campo continúa siendo mínima.
La zona de coincidencia entre los dos objetivos comienza en f1.8, de modo que iremos analizando el bokeh de los mismos al unísono, para comprobar bien sus diferencias.
Ésta es la fotografía que se obtiene a f1.8 con ambas ópticas. Como se puede comprobar la diferencia entre las dos es mínima, y podemos reconocer el serie L por su menor saturación de color y un levísimo aumento de desenfoque en la zona de la caja de luz. A cambio, la aberración cromática es más aparente. Como decíamos, se aprecia claramente el diferente rendimiento de color de las dos lentes y también que la gama tonal captada por el 1.2 parece, a priori, más rica en la zona de las sombras. Ésto se va a repetir en todas las fotos, de forma que cuando se diga que no se observan diferencias en el bokeh nos estaremos refiriendo exclusivamente a las transiciones y resolución del mismo, y no su riqueza tonal, siempre mayor en el 1.2.

85 f/1.2

85 f/1.8

A f2.0, debido a que comenzamos a diafragmar al hermano menor del serie L, la diferencia es ligeramente más apreciable y el bokeh del 85mm f1.2 tiene algo más de calidad y es más uniforme.

85 f/1.2 a 2.0

85 f/1.8 a 2.0

A f2.2 las diferencias son poco notables en cuanto al bokeh en sí mismo, y a partir de aquí la tendencia continúa en la misma línea.

85 f/1.2 a 2.2

85 f/1.8 a 2.2

A f4.0 como se puede observar no hay apenas diferencias entre ambas ópticas y las aberraciones cromáticas han desaparecido:

85 f/1.2 a 4.0

85 f/1.8 a 4.0

A f8.0 los dos objetivos son bastante parejos:

85 f/1.2 a 8.0

85 f/1.8 a 8.0

Y así prosigue el arco de bokeh hasta f16.0, que es la mínima apertura del serie L, y en la cual el fondo aparece ya notablemente definido con las dos ópticas:

85 f/1.2 a 16.0

85 f/1.8 a 16.0

Sin embargo, con el EF 85mm f1.8 todavía podemos cerrar hasta f22, aumentando aún de forma notable la profundidad de campo:

85 f/1.8 a 22.0


Como ejemplo de trabajo real con estas lentes, podemos observar las siguientes fotos que han sido realizadas durante el viaje a la India que emprendieron Lur y Orlando Miranda. Los dos llevaban una 1D MarkII y un objetivo de 85mm equipado. Lur optó por el 85mm f1.8 mientras que Orlando eligió el 1.2, como podemos observar en las imágenes, ambas lentes cumplieron sobradamente su cometido y permitieron resolver sin dificultad el retrato dentro de un interior muy oscuro:

85mm f1.8

Apertura: f2.0; velocidad: 1/85; ISO 500

85 mm f1.2L

Apertura: f1.2; Velocidad: 1/256; ISO: 320

Finalmente, en la siguiente imagen contemplamos un bodegón realizado por Lur durante el viaje con el 85mm f1.8; como podemos ver, el comportamiento de la óptica es excelente en cuanto a bokeh se refiere:

Apertura: f1.8; velocidad: 1/500; ISO 400

Finalizada la comparativa, ¿cuáles son las conclusiones finales?. En este caso, más que nunca, la valoración es muy subjetiva, ya que depende estrictamente de las necesidades y gustos de los diferentes usuarios. Parece evidentente que la calidad de imagen y resolución de las dos lentes es "relativamente" pareja, al igual que no se observa una enorme diferencia en el bokeh de ambas. Posiblemente nadie que no sea un GRAN experto sea capaz de distinguir si una foto está realizada con una o bien con la otra, sobre todo fuera de los ámbitos de una comparativa como ésta, de condiciones controladas y reproducibles. La distancia entre el precio de ambas ópticas es, por otra parte, abismal, y parece claro que a priori no compensaría gastar el dinero en el exclusivo serie L para obtener una diferencia tan poco apreciable de cara al aficionado (sólo dos pasos de diafragma) a costa de sacrificar en gran medida la ergonomía. Sin embargo, una vez dicho esto, mi opinión personal es que ambas lentes no compiten realmente entre sí. El 85mm f1.2 es una óptica creada al límite, exclusivamente para profesionales que precisen en un momento dado esa luminosidad extra por exigencias de su trabajo, y que utilicen una cámara de alta gama, pesada y con un motor de enfoque preciso, que posibilite trabajar con el objetivo disfrutando de cierta comodidad y supliendo sus carencias de enfoque (lentitud). El 85 mm f1.8 es una lente extraordinaria para su precio y parece claro que debería ser la única opción a considerar por un usuario cuya cámara posea un factor de multiplicación 1,6 y un tamaño y peso propios de una reflex orientada al mercado no profesional. Por poco dinero, el que compre el 85 mm f1.8 puede garantizar unos resultados impecables y que poco tendrán que envidiar a los que obtengan los poseedores de su hermano mayor.
¿Y qué decir de aquellos profesionales que no deban trabajar al límite?. En este caso, para mí, la decisión es compleja. Yo he probado un 85mm f1.8 en una 1Ds y ha operado bien, sin observarse viñeteo fuera de los límites normales ni merma en la sobresaliente calidad de imagen. Sin embargo, profesionales de gran prestigio y credibilidad han tenido problemas de enfoque y viñeteo con él una vez montado en la 1Ds. En las 1D opera sin incoveniente. La decisión, en este caso, dependería exclusivamente de las exigencias de nuestro trabajo y los resultados particulares que observáramos al utilizar nuestro equipo.
Autor: Alberto Riera, [[C|-|E]]