En el LAB19 hablamos de que el color como imagen en nuestro cerebro depende de tres factores: el color de la luz, la parte que reflejan los objetos, y nuestra percepción de esa luz que recibimos.

Cualquier fotografía en la que el color sea el tema principal tiene el potencial de convertirse en una imagen de gran atractivo visual. Sin embargo, para utilizar este recurso de manera efectiva hay mucho que aprender. El color tiene un lenguaje que debe ser conocido, que posee muchos significados y puede transmitir muchos mensajes, algunos de ellos asociados ya a expresiones de nuestro lenguaje (mercado negro, partidos verdes) y a nuestra herencia cultural. Como elemento formal o de diseño también podría haberse incluido en los temas de comienzo de este curso.

Es necesario conocer su impacto psicológico (que en cierta manera viene influenciado por la respuesta fisiológica de la retina) y cómo seleccionar determinadas combinaciones y reducir el número de colores para maximizar su efecto. Ya hemos estudiado cómo aislar elementos en la composición mediante el correcto uso de la perspectiva, porque en este caso el uso del foco selectivo (LAB02) podría no ser efectivo sino más bien al contrario. Desenfocar un elemento de color intenso hace que nos fijemos sólo en eso, su color.

Existen muchas teorías de color y representaciones de los mismos en forma de ruedas, triángulos y otras disposiciones. Los más extendidos son los modelos de mezcla de colores primarios como luz (rojo, verde y azul, modelo RGB) o como pigmento (rojo, amarillo y azul o cian, magenta y amarillo).

En el modelo RGB los colores primarios son el rojo, el azul y el verde, y los secundarios los que se encuentran a medio camino de ellos, el cian, el magenta y el amarillo. Es el que emplean los monitores para formar el color. En el modelo de pigmentos -utilizado por algunas impresoras- los primarios y secundarios se invierten, pero esto no tiene mayor importancia, y sí en cambio conocer sus propiedades como colores aislados, y cuando están próximos entre sí o situados enfrentados en la rueda, colores complementarios, de lo que hablaremos en el siguiente tema de color.

También pueden verse en la rueda  los tonos cálidos del extremo rojo agrupados, y los tonos fríos del extremo opuesto, que pueden transmitirse como conjunto a una escena tal y como vimos con el color de la luz. Los colores tienen además otras propiedades como la saturación o el brillo que veremos también más adelante.

El color rojo tiene el poder de destacar sobre cualquier otro en una composición, incluso cuando ocupa una parte muy pequeña del encuadre tal y como dijo Matisse. Expresa energía, poder, vitalidad y es símbolo de peligro o prohibición. Situado entre tonos fríos destaca adelantándose para parecer más cercano. La Escuela de Fotografía de la Camiseta Roja, iniciada en los años 50 por fotógrafos de National Geographic, aprovechó este recurso para crear imágenes impactantes. Su intensidad puede hacer que nos transmita diferentes mensajes, desde el rosa pálido de una bailarina al rojo intenso de unos labios pintados.

El amarillo es el color más brillante de todos. Por comparación siempre aparece más luminoso que los colores próximos en la imagen con excepción del blanco. Es emocionalmente agresivo y vigoroso, y expresa calor, pudiendo dominar la composición tal y como sucede con el rojo. El naranja se sitúa entre ambos con propiedades parecidas.

El azul también un color con un gran poder psicológico transmitiendo tranquilidad, frescura e incluso frío. También puede expresar soledad. Rodeado de otros colores fríos puede dominar la composición, pero no así si en ella están presentes el rojo y el amarillo.

El verde es el color de la naturaleza, y tiene el poder de expresar juventud, frescura, crecimiento o esperanza. El violeta o magenta son el color del misterio y la espiritualidad. Sin embargo este es un buen ejemplo de cómo influye nuestra cultura: en la cristiana el color religioso por excelencia es el púrpura, mientras que en el Islam es el verde.

Los colores blanco y negro, que son el extremo de mezcla de los dos modelos, son colores complicados de manejar por cuanto, requieren un especial cuidado en la exposición para conservar detalles en las zonas que ocupan, y en el caso del blanco además ligeras dominantes de color son muy perceptibles en la fotografía, pero no tanto en la escena cuando la observamos. Una gran zona de espacio negativo de cualquiera de estos colores tiene un gran efecto sobre la composición como conjunto.

Un buen ejercicio fotográfico para aprender a usar el recurso es salir de casa con un color elegido previamente, y dedicar la salida en exclusiva a ese color.

Las fotografías, los comentarios, y la discusión del tema, AQUÍ.

texto: wiggin | fotografías: quicopedro (2), Lobo, pleasure, Antoniof, chavi, Juanjo Fernández, misquamacus, jlrodriguez, carmelolarra, pelayo, JavierML, jmblanco, compayo, imm